¿Está la acuicultura preparada para el “apocalipsis ocupacional”?

Se espera que en los próximos años la integración de la Inteligencia Artificial en los procesos productivos lleve consigo que muchos trabajos se conviertan en prescindibles, lo que podría dejar a grandes grupos de población activa sin empleo. Esta previsión ha sido denominada como “apocalipsis ocupacional” por una investigación realizada por el Institute for Public Policy Research en Reino Unido, un think tank independiente sin ánimos de lucro.

En el estudio se afirma que en los próximos años se dará una pérdida de empleo masiva debido a la automatización, la robótica y la Inteligencia Artificial.

Los temores no son infundados, por eso, desde la Unión Europea se están adoptando medidas urgentes, como la Ley sobre Inteligencia Artificial que busca garantizar la seguridad y el respeto de los derechos fundamentales, sin que se menoscabe el derecho a la innovación.

La adopción de la Inteligencia Artificial por parte de las empresas ya ha comenzado, y podrá verse intensificada en una segunda ola de adopción, lo que hará que más empleos se pongan en riesgo en el futuro.

La acuicultura, como sector destinado a la producción de alimentos, no es ajena a esta revolución que, a pesar de representar un cambio significativo en cómo se gestiona y optimiza la actividad, ofrece numerosas ventajas como la eficiencia operativa, la detección temprana de enfermedades y los ajustes en tiempo real de la calidad del agua.

En Europa muchos centros productivos están adoptando la tecnología como vía para optimizar los recursos y producir de manera más eficiente, ofreciendo nuevas oportunidades de empleo, mejoras en el ajuste del consumo de los insumos y, como consecuencia, menor impacto ambiental y mejor calidad del producto final.

Por eso, la alfabetización digital es fundamental en el ámbito de la acuicultura, como lo es en casi todos los aspectos de la vida cotidiana y del trabajo. En un contexto social y económico en el que el futuro es digital, el éxito de la acuicultura dependerá de la capacidad de las empresas y trabajadores para evolucionar, adaptarse y aprovechar las oportunidades que la tecnología y el desarrollo de actividades pueden ofrecer.

Un acuicultor con habilidades digitales no sólo deberá operar con la tecnología de monitorización, análisis e interpretación de datos, también deberá ser capaz de gestionar incidentes con los sensores de medición de parámetros.

En lo que respecta a las tecnologías habilitantes, estos profesionales deberán tener capacidad para colaborar, pensamiento crítico y disposición para aprender continuamente en la planificación de estrategias. Estas habilidades también facilitarán la transición hacia prácticas de trabajo más sostenibles y eficientes.

Por tanto, la productividad y competitividad de las empresas de acuicultura dependerá en gran medida de la capacidad para incorporar estas tecnologías al proceso productivo, y a que las habilidades digitales de sus trabajadores estén alineadas con las demandas del contexto actual. Una circunstancia que es imprescindible para mantener una filosofía organizacional de innovación constante.

En el caso particular de la acuicultura, pienso que la incorporación en los procesos traerá consigo más ventajas que desafíos, ya que mejorará la cantidad y calidad de la producción, ofrecerá nuevas oportunidades de empleo, y permitirá alimentar al mundo de una forma más eficiente que la actual.