
Las microalgas son la mayor promesa biotecnológica de la Economía Azul y prácticamente ya se vislumbran aplicaciones para prácticamente todos los sectores productivos, desde la agricultura hasta la farmacéutica, pasando, por supuesto, por la acuicultura, la cosmética y la nutrición humana.
En Europa existen aproximadamente 46 empresas biotecnológicas dedicadas al cultivo y producción comercial de microalgas con fines industriales, siendo Alemania el país con mayor número de estas con un total de 12 empresas.
En España y Portugal el número asciende a 10, contando con dos de las empresas más avanzadas de Europa, Necton y Fitoplancton Marino.
Aunque la mayoría de las empresas se centran en el cultivo de especies dulceacuícolas como la Spirulina o la Chlorella, de las cuales existe una tecnología madura y unas aplicaciones bien definidas, las aplicaciones más interesantes parecen estar del lado de las microalgas marinas, donde ya existen unas especies domesticadas y empresas con un desarrollo tecnológico importante.
Sin embargo, el mayor reto pasa todavía por alcanzar una tecnología de cultivo estable y rentable que permita pasar de la escala actual piloto a la de biorrefineria industrial.
En el marco del proyecto Interreg España Portugal, AlgaRed+ se llevó a cabo la pasda semana en la Universidad del Algarve, en Portugal, la primera jornada sobre “Nuevas Aplicaciones de las Microalgas” en la que distintos expertos expusieron el desarrollo bio-industrial de estos organismos y sus potenciales aplicaciones.
Al respecto, y como ponente invitado intervino Juan Luis Gómez Pinchetti, del Banco Español de Algas (BEA) que explicó cómo, las microalgas, pueden ser una herramienta biotecnológica para la región Macaronesia. Durante su intervención Gómez Pinchetti explicó cómo funciona el BEA y los proyectos en los que han venido participando en los últimos años.
En la jornada también intervino, João Cavalho de Necton, la empresa portuguesa productora de microalgas marinas más antigua de Europa, que presentó las especies que hoy en día ya tienen aplicaciones industriales en el ámbito de los nutracéuticos, piensos especiales y cosmética; y los futuros usos que podremos encontrar en el ámbito de los fertilizantes, la biorremediación de aguas residuales o la química farmacéutica.
Para presentar algunas aplicaciones futuras que tendrán las microalgas participaron distintos expertos de la Universidad del Algarve. Una de estas intervenciones destacadas fue la de Vincent Laizé sobre usos relacionados con la generación de tejido óseo, u osteogénica en el marco del proyecto Bioskel. Como microalga más prometedora en este ámbito destacó del total de microalgas analizadas, Skelotonema costatum.
En el ámbito de la salud, Wolfang Link explicó los trabajos que se vienen realizando sobre los tratamientos de metabolitos de microalgas como fucoxantina para tratamientos oncológicos y el retraso del envejecimiento. Dina Simes, por su parte, abordó la capacidad anti-inflamatoria o dermoprotectora de algunas microalgas y sus posibles aplicaciones, destacando, entre otras Tetraselmis chui.
Aurora Galván de la Universidad de Córdoba, expuso al auditorio, por su parte, las posibilidades de Chlamydomonas como fertilizantes, al describir la pirámide del nitrógeno de estas microalgas.
Sin embargo, a pesar de que existen muchas especies de microalgas que pueden ofrecer interesantes compuestos metabólicos, no todas pueden ser cultivadas con el actual desarrollo tecnológico; e incluso, algunas, que ya se pueden cultivar no son aptas para ser concentradas a través de procesos de centrifugado y secado. Esto obliga a seguir avanzando en la tecnología de manipulación para obtener de ellas la máxima estabilidad nutricional.