
El pasado 17 de abril quedaba desierto el plazo para presentar opciones para la adquisición en subasta de la piscifactoría de rodaballos, meros y besugos de Meirás propiedad de la extinta Isidro 1952.
Este centro lleva cerrado más de un año después de que Isidro 1952 entrara en concurso de acreedores y dejara en la calle a sus 16 empleados. La instalación se encuentra actualmente en el más absoluto abandono y presa de actos vandálicos, tal y como ha denunciado el alcalde de Valdoviño, Alberto González.
Uno de los administradores concursales ha señalado que fuera de plazo se ha presentado una oferta que tendrá que ser valorada. Si definitivamente no sale adelante, la siguiente opción sería vender la instalación por lotes.
No obstante, esta opción no está clara ya que, si la concesión con Costas no se hace efectiva, el espacio tendría que revertirse a su estado original anterior a la concesión.
La concesión, como ha señalado Alberto González, “solo permite un uso como piscifactoría”, por tanto, si la Administración no modifica esta calificación, “no puede darse otro uso”.
Esta misma semana se ha conocido también que el resto de los activos de Isidro 1952, que incluyen plantas de frío, de procesado de Sushi y piscifactorías de trucha, han sido adquiridos por la multinacional del congelado, procesado y elaborado de productos del mar, Profand, por 10 millones de euros.
El Juzgado de lo Mercantil de La Coruña hizo una tasación de 8,5 millones de euros para la unidad productiva y 5,4 millones de euros para el almacén frigorífico.