MATERIAS PRIMAS

Harina y aceite de pescado, ingredientes estratégicos para una acuicultura sostenible

Los productores de harina y aceite de pescado sostienen que no existen motivos para eliminar de las dietas de acuicultura estos ingredientes

Saco de harina de pescado

En menos de una década la producción acuícola de peces y mariscos alcanzará 201 millones de toneladas, una cifra que hace 50 años parecía inalcanzable. En este dato se excluyen las algas y plantas. Se incluyen especies que no requieren de piensos, como los moluscos bivalvos, y otras alimentadas a base de piensos, como los peces y langostinos.

Los datos vienen recogidos en el informe SOFIA 2018 de la FAO. En un contexto de crecimiento, las especies alimentadas serán las que más lo harán. Esto quiere decir que aproximadamente unos 75 millones de toneladas se producirán en 2030. Especies principalmente de hábitos de alimentación carnívoros, para los que la harina y el aceite de pescado forma parte de una dieta equilibrada y saludable.

La sustitución de estos ingredientes no es ni fácil, ni económicamente rentable por el momento. Lo que no quiere decir que no lo sea dentro de unos años cuando las tecnologías para producir nuevos ingredientes avancen.

¿Significa esto que podremos renunciar a la harina y aceite de pescado? ¿Avanzaremos de esta forma en sostenibilidad? La industria de los Ingredientes Marinos, de la mano de IFFO, considera que no es del todo así ya que existen razones por las que la harina y el aceite de pescado provee de alimento de calidad estratégico para especies que requieren de proteínas de calidad y esenciales que permiten a los peces crecer de manera eficiente.

Por otra parte, ninguna otra materia prima proporciona una nutrición tan completa, por lo que deben seguir siendo considerados “base de la acuicultura moderna”.

Los nutrientes que proveen la harina y el aceite de pescado, como señala IFFO, tiene una “importancia clave” en el crecimiento, la salud y el bienestar de los peces de cultivo, reducirlos o eliminarlos tendría “implicaciones” negativas para los factores anteriormente señalados.

Cuando los fabricantes de alimentos reducen en la composición la harina y el aceite de pescado, en las fórmulas hay que suplementar con micronutrientes individualmente, lo que complica la fabricación, con costes añadidos para la viabilidad económica del sector.

Por otro lado, desde la industria advierten que más de la mitad de la harina y aceite de pescado del mundo se produce bajo estándares de abastecimiento responsable, por lo que “no existe” justificación a su retirada de la alimentación desde una perspectiva de gestión pesquera.

La acuicultura contribuye a administrar alimentos sanos, seguros y nutritivos que requiere del uso de todos los ingredientes disponibles actualmente. Para IFFO, el foco no debe dirigirse a eliminar ingredientes de tanto valor nutricional como la harina y el aceite de pescado, sino de asegurar que se usan de manera efectiva para su mejor ventaja.

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