
Las prácticas de manejo como la alimentación, la manipulación y los cambios de temperatura del agua afectan el consumo de oxígeno de los peces, lo que lo hace un parámetro fundamental para garantizar el cultivo de los peces saludables y en condiciones óptimas.
Utilizando un sistema de respirometría intermitente para medir el consumo de oxígeno en pez dorado (Carassius auratus), investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han alcanzado conclusiones de gran interés que pueden aplicarse en acuicultura comercial.
El Carassius auratus fue elegido como modelo en este estudio debido a su amplia utilización en acuicultura ornamental, su representatividad en investigaciones científicas previas, su facilidad de manejo en condiciones experimentales y su resistencia a diferentes factores ambientales. Además, sus características permiten extrapolar los resultados obtenidos a otras especies de peces en acuicultura, contribuyendo a mejorar el bienestar animal y optimizar las prácticas de manejo.
Los investigadores, utilizando este sistema de respirometría intermitente, comprobaron que el metabolismo de este pez es “significativamente más alto durante el día”, lo que sugiere que las actividades acuícolas mencionadas deben programarse en este momento para alinearse con su ritmo biológico y minimizar el estrés.
Tras ser alimentados, los peces experimentan un aumento del 35% en el consumo de oxígeno, que se prolonga por aproximadamente siete horas. Por ello, planificar las actividades de manejo evitando este periodo de digestión "puede mejorar tanto la eficiencia energética de los peces como su bienestar”.
Otro hallazgo relevante es el impacto del estrés en el metabolismo. Manipulaciones breves, como el traslado entre tanques, provocan un aumento del 140% en el consumo de oxígeno, que tarda hasta 2,5 horas en normalizarse. Este descubrimiento subraya la importancia de evitar manipulaciones innecesarias y de permitir tiempos adecuados de recuperación.
El estudio también analizó cómo el aumento gradual de la temperatura del agua afecta el metabolismo del pez dorado. Al incrementar la temperatura a 30°C, el consumo de oxígeno de los peces aumentó un 200%, lo que resalta la necesidad de controlar cuidadosamente las variaciones de temperatura en las piscifactorías para evitar el estrés térmico y la sobrecarga energética.
Además, el uso de anestésicos comunes en acuicultura, como el MS-222 y el aceite de clavo, demostró afectar el metabolismo de los peces durante al menos cuatro horas tras la recuperación, lo que implica la necesidad de ajustar los protocolos de manejo para asegurar una recuperación adecuada.
Ajustar las prácticas en función de estos hallazgos puede optimizar el uso de energía, reducir el estrés y garantizar el bienestar de los peces, conduciendo así a un cultivo más eficiente y sostenible de peces dorados y otras especies de importancia comercial.