Vigo 27/08/2020 - La acuicultura de moluscos bivalvos está dejando atrás anualmente 13,6 millones toneladas de conchas en forma de carbonato cálcico (CaCO3) en forma de restos que bien podrían valorizarse en aplicaciones en la ingeniería agrícola, industrial y ambiental, reemplazando parcialmente las fuentes minerales no renovables de algunas aplicaciones actuales, contribuyendo así a implementar la Economía Circular de residuos cero.
Aunque se trata de un asunto controvertido, existen grupos de investigación que apoyan la idea de considerar e integrar esta acuicultura en el mercado del comercio de carbono (CO2), aunque ello exige que el CaCO3 de la concha se emplee en actividades de sumidero de carbono por largo tiempo.
Idealmente, esta acuicultura integrada en la Economía Circular, según señalan en una revisión científica publicada en Journal of Cleaner Production científicos del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC (IIM-CSIC), debería proporcionar el máximo valor añadido al biomaterial; producir la menor huella de carbono durante su ciclo de vida; y preservar la integridad del CaCO3 el mayor tiempo posible.
La concha de los bivalvos representa entre el 67% y el 94% de la biomasa total y la actual producción no es capaz de cubrir la demanda mundial de carbonato cálcico del mercado, por lo que una perspectiva regional permitiría un mejor ajuste y evitaría a reducir la huella de carbono asociada al transporte.
Otro aspecto a considerar, en línea de lo anteriormente expuesto, es que se deben buscar aplicaciones para el carbonato cálcico que aseguren su inertización durante el mayor periodo de tiempo, evitando así que se produzca liberación de CO2 a la atmósfera.
Aplicaciones
Desde centurias la concha de bivalvos se ha usado tanto en avicultura como suplemento para la producción de huevos, como en agricultura para corregir los suelos ácidos y en ambos casos sus aplicaciones están bien documentadas. En el caso de la avicultura la inertización es muy corta, mientras que en agricultura es larga.
Otro uso es como biomaterial para la construcción, aunque eso implica una transformación del carbonato cálcico en forma de cal. Sus usos podrían ir destinados a la fabricación de cemento clase Portland y como agregado en carreteras y grietas de barreras. Su uso contribuye al secuestro de carbono a largo plazo.
Aplicado en la fabricación de papel, el carbonato cálcico sirve para aumentar el volumen y la porosidad del papel, aporta niveles mas altos de blancura y opacidad.
En la fabricación de vídrios se usa como biosustituto del carbonato de calcio molido o piedra caliza. La función principal sería la de introducir cal en la receta para mejorar la resistencia y el desgaste químico y la durabilidad. Las conchas de mejillón y de ostras tienen también aplicaciones en la producción de espumas vitrocristalinas para aislamiento térmico de uso doméstico, y para hacer cuencos.
En la industria del plástico, el carbonato cálcico es un producto típico empleado como relleno en la fabricación de polipropileno para mejorar el moldeado, aumentar la productividad y las temperaturas de operación. Otro uso industrial puede ser en la fabricación de pinturas para recubrimientos plásticos y selladores de PVC.
Una eficaz recolección clave para reducir costes
Actualmente, la mayor parte de los bivalvos se consumen en fresco en todo el mundo lo que dificulta la recolección de sus conchas.
Tener una buena base de datos de dónde se generan las conchas y en qué cantidad ayudaría a optimizar el sistema de recogida. Estos datos, no obstante, van a diferir según el bivalvo que se estudie y el país que se analice. Algo general y que está claro que piensan los investigadores es que en los restaurantes, donde el consumo de bivalvos en fresco es alto, se generan muchas conchas de bivalvos y, por tanto, serían potenciales puntos de concentración de estos residuos. Lo mismo que las pescaderías y los mercados. De ahí que a los investigadores no les parezca descabellado que un futuro próximo se prevean medidas orientadas a las recogidas de conchas en estos puntos de recolección. Aunque ello tenga que requerir algunos incentivos directos e indirectos.
Esto unido al cambio en los hábitos de consumo hacia productos en formatos listos para cocinar y listos para comer que requieren el envasado al vacío y en atmosferas modificadas podrían permitir una optimización de la recolecta de conchas y reducir los costes.
Esta revisión ha sido realizada en el marco del proyecto europeo del Programa Horizonte 2020 AquaVitae, financiado por la Unión Europea con 8 millones de euro en el que participa un consorcio formado por 36 centros de investigación de 16 países.
Referencia:
A. A. Alonso, X. A. Álvarez-Salgado, L. T. Antelo. Assesing the impact of bivalve aquaculture on the carbón circular economy. Journal of Cleaner Production