
El Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) del CSIC ha lanzado una contundente advertencia sobre el futuro del cultivo de mejillón en Galicia tras una caída histórica de la producción en 2023, que descendió por debajo de las 200.000 toneladas, un nivel solo registrado en tres ocasiones desde los años 90. La situación, lejos de mejorar, ha empeorado en 2024, según destaca el estudio publicado en la revista científica Aquaculture.
La investigación, firmada por los científicos Mario Soliño y Antonio Figueras, aplica por primera vez al sector del mejillón la metodología Q, una técnica de análisis cualitativo utilizada para explorar opiniones subjetivas. A través de un panel de 59 personas —mayoritariamente académicos, pero también técnicos, profesionales del sector y expertos de diferentes disciplinas— se identificaron cinco discursos fundamentales que revelan la diversidad de percepciones en torno a los desafíos y oportunidades del sector.
Los investigadores han identificado cinco discursos para un sector en alerta. El discurso predominante es que el sector necesita materia prima foránea debido al descenso de la producción local, especialmente por los problemas con la semilla, preengorde y desdoble, y el cambio de los patrones de afloramiento. Se destaca que la industria conservera dependerá cada vez más de mejillón importado y que el consumidor prioriza la presentación del producto frente al origen.
Los consultados apuestan por el valor diferencial del mejillón gallego y apuestan por la denominación de origen. Además, proponen orientar la producción hacia mercados exteriores y centrarse en resolver los desafíos técnicos del cultivo.
El contexto de cambio climático, con el aumento de las temperaturas, la acidificación del océano y la alteración del afloramiento de algas, unidos al impacto acumulativo de la contaminación, son otros factores que deben ser tenidos en cuenta.
Los autores insisten en la necesidad de actuar con urgencia: “La resiliencia del sector está en juego. Es imprescindible implementar medidas estratégicas que aseguren su sostenibilidad económica, social y ambiental en el contexto de un escenario climático y de mercado cada vez más incierto”.
Este trabajo se convierte así en una herramienta clave para repensar el futuro de una de las joyas de la acuicultura europea, y sugiere la necesidad de un diálogo más inclusivo que incorpore activamente al conjunto de actores del sector, desde bateeiros hasta empresas transformadoras y responsables políticos.