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Investigadores del Departamento de Toxicología de la Universidad de La Laguna alertan del alto contenido de mercurio en el panga

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Tenerife 7/05/2018 – Ya sabemos que la mala fama del panga vietnamita se encuentra instalada en España por sus bajos valores nutricionales – en comparación con otros pescados - y el entorno en el que se produce del río Mekong. Lejos de las importaciones de 60.000 TM anuales a las que llegó en nuestro país, el veto a esta especie en importantes cadenas minoristas lo han relegado a unas modestas 10.000 TM anuales.

Por si esto fuera poco, hace unos días trascendió un estudio de investigadores de la Universidad de La Laguna publicado en la revista indexada Chemosphere en el que se han analizado 80 muestras de filetes de panga congelados adquiridos en tres grandes superficies de supermercados y disponibles para el consumidor tanto al natural como en adobo.

Como resultado de los análisis practicados por los investigadores utilizando espectrofotometría de absorción atómica de vapor frío (CV-AAS), en 8 de estas muestras “el nivel de mercurio superaba las concentraciones máximas permitidas por la legislación europea, que es de 0,5 miligramos por kilo para el pescado blanco”, explicó Ángel J. Gutiérrez, profesor del Área de Toxicología de la Universidad de La Laguna.

El análisis muestra a su vez un amplio rango de concentraciones de mercurio, entre 0,10 y 0,69 miligramos por kilo (mg/kg), con un valor medio de 0,22. Y aunque no hubo diferencias significativas entre supermercados, la concentración media fue mayor en la presentación en adobo (0,18 mg/kg) que al natural (0,16 mg/kg).

No se encontraron diferencias significativas entre los establecimientos comerciales o en los formatos de presentación, con la conclusión de que éstos “no influyeron en el contenido de mercurio en las muestras”.

A pesar de estos resultados, los investigadores avisan de que su consumo no representa un peligro de salud inminente por acumulación de este metal ya que, para llegar a una intoxicación por mercurio, tendría que haber “una reiteración del consumo con esos niveles por encima de lo permitido durante un largo período de tiempo”.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que es un metal que se bioacumula y biomagnifica a lo largo de la cadena alimentaria, y que a medio y largo plazo puede representar un riesgo para la salud.

A pesar de todas estas informaciones sigue siendo un pescado socorrido en comedores escolares, hospitales y residencias de ancianos, ya que apenas tiene sabor, color, ni espinas.

Es por eso que Ángel J. Gutiérrez considera importante que se evite que este pescado “llegue a niños o mayores, expuestos por la querencia de comedores y residencias a incluirlo en el menú”. Y también, al público en general, por ese juego que da el panga para hacerlo pasar por otras especies en la restauración.

Suponiendo un consumo semanal de 350 g de panga, la tasa de contribución al consumo semanal tolerable (TWI) de mercurio (4 μg / kgbw / semana) es del 32 por ciento y el 27,5 por ciento para las mujeres y los hombres, respectivamente.

Como recomendación final de los investigadores, es necesario un control más exhaustivo del contenido de mercurio en este tipo de peces. Además, “se deberá establecer una mayor restricción de consumo en niños”.

Referencia:
María Rodríguez, Ángel J.Gutiérrez, Natividad Rodríguez, CarmenRubio, Soraya Paz, Verónica Martín, Consuelo Revert, Arturo Hardisson. Assessment of mercury content in Panga (Pangasius hypophthalmus).
https://doi.org/10.1016/j.chemosphere.2017.12.137

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