Existe una gran preocupación sobre cómo las actividades humanas están causando un deterioro de los ecosistemas marinos, lo que llevó a la ONU a incluir el Objetivo de Sostenibilidad 14 para proteger la vida submarina.
La mayor parte de los impactos que reciben los océanos proceden de actividades antropogénicas en tierra, existiendo una gran brecha entre la conciencia de las empresas sobre cómo interfieren y los esfuerzos reales para frenarlos.
Un estudio publicado recientemente en la revista científica Ambio, un grupo de inestigadores ponen el foco en este asunto y proponen cambios organizativos, soluciones tecnológicas y resolución de restricciones operativas para mejorar la conciencia y activar soluciones al respecto.
Como señalan, se necesita un plan ambicioso común con grandes acuerdos colaborativos y cambios significativos en todos los sectores industriales.
El estudio destaca el importante papel de las empresas para lograr una economía oceánica sostenible, instando a un mayor conocimiento, activación de inicativas y el desarrollo de marcos dedicados para la presentación de informes y divulgación relacionados con los ecosistemas marinos.
Como explican los investigadores, los marcos actuales de sostenibilidad carecen de un enfoque específico en cuestiones relacionadas con el océano, indicando que se necesita uno que respalde la presentación de informes transparentes sobre objetivos específicos y los indicadores clave en el desempeño relacionado con ellos.
El estudio aboga por un nuevo marco llamado “Negocios en la Naturaleza”, enfatizando un enfoque holístico de la sostenibilidad corporativa. Este enfoque, como señalan, alinea la rentabilidad económica con la prosperidad social y la reducción de las presiones ecológicas, fomentando un equilibrio entre las actividades económicas y la salud del ecosistema.
Las empresas en este enfoque están llamadas a desempeñar un papel principal en las transformaciones sistémicas, innovaciones limpias y comportamiento responsable.
Entre las propuestas del estudio destaca la necesidad futura de un Índice de Divulgación del Océano, análogo a las herramientas de divulgación relacionadas con el clima, para evaluar y difundir las prácticas de empresas relacionadas con la sostenibilidad de los ecosistemas marinos. Según defienden los investigadores, este índice ayudaría a los inversores a incorporar riesgos oceánicos en sus decisiones de inversión.
Una economía oceánica sostenible, también conocida como la deseada Economía Azul, solo surgirá cuando la actividad económica esté en equilibrio con la capacidad a largo plazo de los ecosistemas oceánicos para respaldar esta actividad y mantenerse resilientes y saludables.
Las empresas, añaden, deben reconocer su interdependencia con el océano al comprender que mantener un océano saludable es vital para la viabilidad a largo plazo de las operaciones en todas las industrias, no solo en aquellas directamente vinculadas al océano.
Referencia:
Sardá, R., Pogutz, S., de Silvio, M. et al. Business for ocean sustainability: Early responses of ocean governance in the private sector. Ambio 52, 253–270 (2023).
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