Algas verdes, cianobacterias y diatomeas son los microorganismos que habitan y colonizan las piedras y fuentes del conjunto monumental Patrimonio de la Humanidad de la Alhambra y Generalife y han sido identificadas por investigadores de la Universidad de Granada como la causa de las alteraciones físicas, estéticas y químicas de estos monumentos.
Las microalgas, como señalan los autores, manchan la piedra de las fuentes monumentales, retienen agua que deteriora el sustrato y su crecimiento excesivo puede obstruir el propio paso del agua.
Además, como explica el catedrático de la Universidad, Fernando Carlos Bolívar Galiano, llegan incluso a favorecer la formación de “otros organismos más perjudiciales para las fuentes monumentales como los hongos o musgos”.
Desde el punto de vista de la conservación del patrimonio, señala el investigador, es de gran utilidad conocer la estructura y el funcionamiento de las biopelículas o tapices de bacterias que forman las microalgas sobre la piedra.
Los científicos estudian qué especies componen estas biopelículas, cuáles son las más resistentes y dañinas, y qué condiciones favorecen su crecimiento. De esta manera pueden diseñarse métodos eficientes que detengan su proliferación.
Con nuestro trabajo, detalla Bolívar, pretendemos hacer una actualización de los tipos de algas más comunes que se encuentran en la actualidad en las fuentes de la Alhambra y el Generalife, y también, “comenzar la creación de un banco de algas a partir de cultivos de dichas especies”. Los cultivos derivados podrán utilizarse en estudios posteriores sobre nuevos tratamientos contra el biodeterioro.
El estudio se ha realizado con 120 muestras de algas de 21 fuentes diferentes de la Alhambra y el Generalife. La mayoría de tomas se han obtenido en los Palacios Nazaríes, por su gran importancia cultural, pero se han seleccionado también fuentes de otras áreas para hacer una evaluación general de las microalgas más comunes en todo el complejo monumental.
Los muestreos estacionales programados han permitido conseguir tomas de las superficies de las fuentes seleccionadas, de ambientes sumergidos en agua, aéreos o en zonas con presencia intermitente de agua, como salpicaduras. A partir de estas muestras se han identificado los tipos de microalgas y se han hecho los cultivos.
En general, las comunidades de algas de las muestras son complejas y están formadas por diferentes especies. En los casos en los que las biopelículas adheridas a las fuentes están compuestas por un único tipo de alga, esta suele ser un alga verde unicelular.
“Esto podría estar indicando que este tipo de algas son más resistentes a los tratamientos empleados actualmente en las fuentes, como cloro y algicidas, o también que son los primeros colonizadores de la piedra”, explican los investigadores.
No se han observado géneros de alga específicos de un ambiente determinado, ni grandes cambios en los géneros más frecuentes entre distintas estaciones del año. La composición de las comunidades se mantiene a lo largo del tiempo, aunque con algunas variaciones, y los géneros suelen ser los mismos.
Comparando los resultados de este estudio con investigaciones realizadas anteriormente en la Alhambra se observa cómo un gran número de especies ya se había registrado anteriormente, por lo que no ha habido grandes cambios con el paso del tiempo.
“No obstante, parece que en el pasado había un mayor número de microalgas en la Alhambra, lo que puede justificarse por la atención que se presta en la actualidad a estos organismos y porque las fuentes reciben un mantenimiento más estricto”, aclara el investigador Fernando Bolívar.
Los géneros presentes en la Alhambra se encuentran, además, en otras fuentes estudiadas en España e Italia y en otros tipos de monumentos pétreos por todo el mundo. Por tanto, las especies del monumento granadino son cosmopolitas, con una distribución amplia, y comunes en monumentos de piedra en general.
Junto a la identificación de los géneros, los científicos han desarrollado cultivos en el laboratorio hasta obtener muestras unialgales, es decir, formadas por una única especie de alga. Estos cultivos se realizan en placas de Petri sobre agar solidificado y se mantienen en cámaras a una determinada temperatura y con un ciclo de luz-oscuridad adecuado para el crecimiento.
Los cultivos servirán para realizar múltiples ensayos en el futuro, como el desarrollo de tratamientos nuevos para combatir la proliferación de las microalgas o el estudio de estos organismos como fuente de pigmentos y otras sustancias aplicables al arte. De hecho, el grupo de investigación de la Universidad de Granada participa en diversos proyectos con estos objetivos. Hasta la fecha han conseguido aislarse 10 géneros de algas verdes y 13 de cianobacterias.