
La tetrodotoxina es uno de los venenos mas mortíferos de la naturaleza, hasta 1.200 veces más venenosa que el cianuro. Esta neurotoxina siempre se ha asociado al consumo del exclusivo del pez globo, un manjar en Japón que deben preparar chefs especialmente entrenados, ya que un mal corte es una muerte casi segura para el comensal.
Sin embargo, contrariamente a lo que se pensaba, la tetrodotoxina, una sustancia derivada de la quinazolinas tiene un origen principalmente marino y puede estar presente en muchos productos acuáticos de consumo humano. Así, por ejemplo, se viene detectando en los mariscos de países como Reino Unido, Grecia, Holanda, España e Italia desde 2007.
En Europa, todavía no existe una regulación sobre el control de la presencia de tetrodotoxina en marisco. Además, la Autoridad Sanitaria Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) considera que, concentraciones inferiores a 44 gramos por kilogramo de pescado no dan lugar a efectos adversos en los seres humanos. Afortunadamente, las concentraciones detectadas en el marisco están por debajo de esa cantidad.
No obstante, advierten los expertos, desarrollar y validar métodos de detección de tetrodotoxina en marisco es una necesidad si se quiere estar preparado para el control y gestión de las zonas de producción.
Con objeto de mejorar la localización de esta neurotoxina en marisco, investigadores del IRTA, la Universidad de Queen en Belfast y de la biotecnológica Biorex Food Diagnostics han puesto a punto un método de detección rápida con aplicación en mejillón, ostra y navaja.
El método desarrollado se basa en el uso de un anticuerpo que reconoce específicamente la tetrodotoxina y varios de sus análogos. A diferencia de los inmunoensayos convencionales, realizados en placas, este método utiliza partículas magnéticas como soporte de inmovilización del antígeno, reduciendo los efectos inespecíficos que normalmente causan las distintas matrices de marisco. Gracias a ello, señalan, es posible detectar concentraciones de tetrodotoxina del rango del microgramo por kilogramo en ostras y navajas, y de 3,3 microgramos en mejillones, niveles muy por debajo del valor orientatio proporcionado por las Autoridades Europeas.
Otra ventaja es que el análisis puede realizarse en menos de una hora y media, pudiendo garantizar la seguridad alimentaria del marisco respecto a esta sustancia neurotóxica y, por tanto, proteger la salud del consumidor.
Esta aplicabilidad, añaden, puede extenderse también al ámbito de la investigación.
Cabe recordar que este trabajo ha sido desarrollado en el marco del trabajo Horizonte 2020 Seafood Tomorrow que tiene como objetivo desarrollar nuevos métodos de producción y procesamiento de productos del mar sostenibles social, ambiental y económicamente.
Referencia:
M. Campàs, J. Reverté, M. Rambla-Alegre, K. Campbell, A. Gerssen y J. Diogène. A fast magnetic bead-based colorimetric immunoassay for the detection of tetrodotoxins in shellfish. Food and Chemical Toxicology, 140, 111315. https://doi.org/10.1016/j.fct.2020.111315