
Bruselas 12/06/2020 – La Comisión Europea acaba de publicar el Informe 2020 sobre la Economía Azul en la Unión Europea, un documento que proporciona una visión general del desempeño de los distintos sectores económicos relacionados con los océanos y el medio ambiente costero.
La economía azul en palabras de la Comisión “goza de buena salud” con facturación asociada de 750.000 millones de euros y 5 millones de personas trabajando en 2018, lo que representa un incremento significativo de 11,6 por ciento respecto al año anterior.
A pesar del enorme potencial en términos de contribución a una recuperación verde, la Comisión ya avisa que sectores como el turismo costero y marino, así como la pesca y la acuicultura se verán gravemente afectados por la Covid-19.
Aunque, como señalan desde la Comisión, el ambiente marino generalmente se asocia con actividades tradicionales como la pesca o el transporte, hay un número creciente de sectores emergentes e innovadores. Entre otros destacan cómo la Unión Europea es líder mundial en tecnología de energía oceánica, que está camino a producir el 35 por ciento de la electricidad demandada en 2050.
Por primera vez, el informe aborda en detalle la dimensión ambiental de la Economía Azul, contribuyendo así a alcanzar los objetivos ambientales. Con una disminución del 29 por ciento del CO2 por unidad de valor añadido bruto entre 2009 y 2017, el crecimiento de la pesca y la acuicultura se desacopla firmemente de la producción de gases de efecto invernadero. Además, el informe destaca la correlación entre la pesca sostenible y el desempeño económico positivo.
En el informe se propone aprovechar las sinergias entre sectores productivos. Por ejemplo, la energía solar flotante (FPV) abre nuevas oportunidades que reducen el impacto del uso de tierra y que puede combinarse con la acuicultura y reducir la dependencia a generadores de energía diésel.
Dentro del apartado de la bioeconomía y la biotecnología el informe destaca tanto los sectores tradicionales de la acuicultura como otros no tradicionales que explotan los organismos marinos y las aplicaciones de su biomasa, destacando principalmente las macroalgas; los microorganismos, como las microalgas, bacterias y hongos; y los invertebrados como estrellas de mar, holoturias y erizos.
El informe destina un apartado a abordar las posibilidades de la biomasa de las algas, microalgas y cianobacterias en el seno de la Unión Europea e incluye, como caso de estudio, las posibilidades de las algas para la biotecnología azul. De los 33 millones de toneladas producidas en 2016, solo el 0,57 por ciento fueron producidos en la UE28.
El informe también repasa los distintos instrumentos financieros de apoyo a la economía azul en la UE, como el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, en el que se llevan invertidos más de 1.400 millones de euros en proyectos eólicos marinos, o el apoyo sustancial a otras partes de la economía azul, incluido el desarrollo portuario y el envío limpio.
También destacan la plataforma BlueInvest de la Comisión Europea y el Fondo Europeo de Inversiones que han otorgado subvenciones de 22 millones de euros en 2019 y 20 millones de euros en 2020 a emprendedores innovadores de economía azul; o la creación del nuevo Fondo BlueInvest en 2020. También el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo está financiando una serie de proyectos de economía azul.