
La Federación de Productores Europeos de Acuicultura (FEAP) ha acogido con satisfacción el lanzamiento del Pacto Europeo por los Océanos por parte de la Comisión Europea, calificándolo como un paso positivo hacia una mayor integración de la política marítima y un enfoque más estructurado para la acuicultura en toda la Unión Europea. Sin embargo, la federación también ha criticado duramente la exclusión total de la acuicultura de agua dulce del nuevo marco estratégico.
El Pacto Europeo por los Océanos, presentado el 5 de junio, pretende reforzar la acción de la UE en los sectores marítimos mediante una mejor planificación espacial, la promoción de sistemas alimentarios sostenibles y el impulso de la inversión a través de iniciativas como BlueInvest e InvestEU. Incluye el compromiso de lanzar una iniciativa de la UE sobre Acuicultura Sostenible y desarrollar una Visión 2040 para la pesca y la acuicultura. El pacto también contempla una campaña a nivel europeo para concienciar sobre los beneficios de los alimentos acuáticos, un término que la FEAP celebra por ser una alternativa más inclusiva que “productos del mar”.
Si bien reconoce estos esfuerzos, la FEAP ha advertido que la omisión de la acuicultura continental —a pesar de su papel relevante en la producción alimentaria de la UE— revela un problema institucional más profundo que lleva mucho tiempo obstaculizando el crecimiento del sector. La federación subraya que el cultivo de trucha arcoíris y carpa son componentes esenciales de la acuicultura europea y merecen una consideración estratégica equivalente. La FEAP sostiene que la acuicultura ya no encaja adecuadamente en la actual Política Pesquera Común ni bajo la competencia de la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca. Considera que el marco legal actual está obsoleto y es inadecuado, lo que ha contribuido al estancamiento del sector durante los últimos 25 años.
En respuesta, la FEAP, junto con el Consejo Consultivo de Acuicultura, ha reiterado su petición de una Política Común de Acuicultura específica, que refleje la naturaleza singular del sector y apoye su papel en la seguridad alimentaria, la salud pública y el desarrollo rural sostenible.
La FEAP también ha comentado diversos elementos del Pacto. Apoya la propuesta de coordinar con los agentes del sector una acuicultura sostenible, pero insiste en que es esencial una alineación interdepartamental dentro de la Comisión para evitar una implementación fragmentada. Asimismo, respalda la elaboración de una guía sobre la gestión de depredadores como el cormorán grande, aunque reclama un enfoque paneuropeo dada la naturaleza migratoria de estas especies.
La FEAP considera que el potencial del Pacto para consolidar la gobernanza marítima y establecer objetivos claros es un avance, pero defiende que los objetivos de producción alimentaria deben ser cuantitativos y vinculantes. También muestra preocupación por el enfoque limitado de la Misión de la UE “Restaurar nuestros Océanos y Aguas”, centrado en la acuicultura de bajo nivel trófico, ya que, a su juicio, esto ignora la importancia de la piscicultura de especies alimentadas.
La federación apoya la actualización de las normas de etiquetado para garantizar la transparencia a los consumidores en todos los canales de venta y valora positivamente la promoción de los alimentos acuáticos como una opción alimentaria saludable y sostenible. No obstante, lamenta que la Estrategia de Renovación Generacional Azul prevista para 2027 no incluya a la acuicultura, a pesar de la urgente necesidad del sector de atraer nuevo talento.
Aunque el Pacto menciona la reducción de cargas administrativas, la FEAP considera que no ofrece soluciones reales frente a la burocracia excesiva y los complejos sistemas de licencias que siguen limitando el crecimiento del sector en los Estados miembros. Por ello, reclama procedimientos armonizados y una acción más coordinada por parte de las instituciones de la UE.
Por último, la FEAP cuestiona lo que califica como una visión “mesiánica” del deterioro ambiental de las aguas europeas expresada en el Pacto. Si bien reconoce que los objetivos marinos de la UE aún no se han alcanzado por completo, subraya las mejoras logradas en la calidad del agua en las últimas décadas y reafirma su compromiso con la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina.
La FEAP concluye reafirmando su compromiso con un diálogo constructivo con las instituciones de la UE, al tiempo que insta a una reforma estructural que permita liberar plenamente el potencial de la acuicultura europea.