
Las Tecnología de Información y Comunicación (TICs) están revolucionando la industria agroalimentaria en un sector más moderno, sostenible y eficiente. Aunque en tímidos pasos también está llegando a la acuicultura que se puede aprovechar de esta disrupción mejor que otros sectores más maduros y donde la transformación puede ser mas paulatina debido a la tradición y la necesidad de no generar incertidumbres.
Fruto de la incorporación de la tecnología surgen empresas y proyectos FoodTech, que no son capaces de elaborar alimentos de forma más sostenible en en todas sus etapas, desde la producción hasta la transformación, distribución y consumo.
Este tipo de proyectos están liderados generalmente por empresas emergentes muy innovadoras que tratan de aportar soluciones creativas y tecnológicas a desafíos como el crecimiento demográfico, la seguridad alimentaria, efectos del cambio climático, el desperdicio alimentario o el impacto medioambiental.
Una de estas empresas disruptivas que aprovecha el potencial de la acuicultura para cambiar el mundo es Notpla, una empresa con sede en Londres liderada por Rodrigo García, y que ha lanzado al mercado Ooho!, un envase comestible alternativo al plástico que está hecho a base de algas que puede contener agua o cualquier otro líquido.
La empresa cuenta con una inversión en una granja de algas en Reino Unido, y también trabajan con algas de Francia, España y Escandinavia.
Las algas son procesadas para fabricar distintos tipos de membranas que se someten a distintas pruebas, la mayoría de humedad. El alga marrón como señala García en una entrevista, es buena para contener líquidos, y el alga roja para sólidos.
Este tipo de material está pensado para aquellas aplicaciones donde el tiempo de uso del envase y del producto no coinciden. Se trata de un cambio de pensamiento muy interesante a tener en cuenta. Por ejemplo, según destaca García en una entrevista, el plástico de la bolsita de kétchup tarda 700 años en desaparecer, mientras que esa bolsita va a estar conteniendo la salsa durante un periodo corto de tiempo.
El plástico es un material valioso en muchos casos y situaciones. Sin embargo, se convierte en un problema medioambiental cuando su uso está muy limitado en el tiempo.
Vivimos tiempos de cambio que se han acelerado debido a la pandemia. Ahora, los consumidores están más concienciados en la necesidad de producir alimentos de manera sostenible, que éstos sean saludables y no procesados. Todos estos nuevos requisitos requieren de apostar por más innovación que mejore la eficiencia y maximice la producción.
Pero este paso adelante obliga a repensar y realizar cambios estructurales en el sistema como optimizar las materias primas escasas y estratégicas, reutilizar el agua y los nutrientes no consumidos, o reducir la emisión de gases efecto invernadero.
Este es un ejemplo de los muchos que se podrían poner de cómo la acuicultura puede contribuir en el FoodTech.
La ciudad de Valencia acoge el 14 y 15 de octubre una nueva edición de ftalks Food Summit, impulsada por KM ZERO Food Innovation Hub que se presenta como una oportunidad para conocer a los responsables de esta innovación y al producto.
Hay que poner alternativas al uso desmesurado que se hace de los plásticos por el coste medioambiental que conlleva.
Además, la acuicultura debe modernizarse y cambiar la forma en la que vende sus productos.