INVESTIGACIÓN

La acuicultura es una actividad socialmente aceptada por los consumidores españoles allí donde se produce

Investigadores de la Universidad de Cádiz concluyen la capacidad de carga social de la acuicultura podría ser mucho mayor que la actual

Dorada sobre hielo con red de pesca

Aunque se da por hecho que en España existe una mala aceptación social hacia el pescado de la acuicultura, la verdad es que los pocos estudios que se han realizado a este respecto en el país concluyen que al contrario de lo que se podría pensar, existe un buen nivel de aceptación.

Investigadores de la Universidad de Cádiz en el marco del proyecto Life IP INTERMARES de la Fundación Biodiversidad han analizado la posición de los consumidores en las provincias de Cádiz, Huelva, Murcia, Alicante, Castellón y Tarragona donde existe una actividad importante de acuicultura.

Según este estudio, los consumidores de estas provincias tienen un nivel de aceptación del pescado de acuicultura, lo conocen, lo consumen con frecuencia y son conscientes de sus ventajas y desventajas. Además, casi la mitad de los encuestados considera que el sector debería incrementar su actividad en los próximos años.

Según los resultados obtenidos en el estudio, el 43,21 por ciento de los manifestó ser consumidor y sentirse satisfechos con la calidad de los pescados frente a los que no les gusta que representan el 10,71 por ciento.

Además, según señalan, la opinión generalizada es que este sector debería incrementar su actividad en un futuro próximo, en concreto, el 45,33 por ciento, por lo que consideran que la acuicultura “está lejos de su punto de saturación” en lo que respecta a la capacidad de carga social de la industria. Un mayor crecimiento del sector, bajo esta consideración “sería posible sin que se causen graves problemas para su entorno social”.

Otro dato interesante del estudio apunta a que la población española conoce el pescado de acuicultura y lo consume habitualmente. El 36,74 por ciento reconoce consumir el pescado de acuicultura en casa y un 22,79 por ciento rechaza su consumo, y eso que la mitad admitió desconocer el origen del pescado que consumen. En estos datos, según reconocen los investigadores, se dan porcentajes similares o algo superiores a los hábitos de consumo en la Unión Europea.

En las zonas donde se produce el pescado de acuicultura el consumidor esta familiarizado con el producto acuícola, conoce las ventajas que este sistema de producción aporta sobre los precios más accesibles, la cantidad y disponibilidad.

Al respecto de los inconvenientes, algo más de la mitad de los encuestados no manifestó ningún tipo específico de rechazo hacia la actividad, mientras los que manifestaron cierta oposición se refirieron a su preocupación sobre el uso de químicos y piensos (16,94%) y calidad o sabor de los productos (7,97%). Estos serían aspectos a tener en cuenta para estrategias que busquen mejorar la percepción de los encuestados sobre la actividad en campañas de comercialización.

Las personas con mejor percepción hacia la actividad acuícola fueron hombres respecto a mujeres que prefieren el pescado de procedencia extractiva. Las personas con mayores ingresos también mostraron una mayor tendencia a productos acuícolas.

Los resultados de este estudio, como señalan al respecto los investigadores, pueden servir para aplicar esta información a la hora de abordar nuevas formas futuras de trabajo en aspectos sociales, económicos, productivos o medioambientales.

Referencia:
José Ruiz-Chico, José M. Biedma-Ferrer, Antonio R. Peña-Sánchez, Mercedes Jiménez-García. Social aceptance of aquaculture in Spain: An instrument to achieve sustainability for society. International Journal of Environmental Research and Public Health

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