OPINIÓN

La acuicultura es una aliada clave en la mejora de la salud humana

Copenhague, Dinamarca, 14/04/2025 | Se necesitan estudios que analicen los efectos en la salud humana, desde el crecimiento infantil y el desarrollo cognitivo, hasta la prevención de enfermedades crónicas

Man eating salmon

La acuicultura se perfila como una aliada clave en la lucha contra la malnutrición y en la promoción de dietas saludables y sostenibles. A pesar de eso, la investigadora Nanna Roos de la Universidad de Copenhague considera que es un papel poco explorado de los alimentos acuáticos en la mejora de la salud humana.

La investigadora, en un artículo publicado en Frontiers in Aquaculture, ha subrayado la necesidad de impulsar investigaciones que aborden de forma integral la relación entre acuicultura, nutrición y bienestar, en un contexto de transición verde y seguridad alimentaria global.

La autora recuerda que la malnutrición, en todas sus formas, afecta a miles de millones de personas. La desnutrición causa cada año la muerte de tres millones de niños menores de cinco años, mientras que el sobrepeso y la obesidad exponen a más de 2.500 millones de personas al riesgo de enfermedades como diabetes, cáncer o patologías cardiovasculares.

Frente a este panorama, Roos afirma que la acuicultura “ofrece nuevas oportunidades para aumentar la disponibilidad y accesibilidad de alimentos acuáticos y, en el mejor de los casos, mejorar el acceso y el consumo para satisfacer las necesidades nutricionales”.

Como es bien sabido por los expertos en nutrición, los alimentos marinos son únicos en su composición lipídica, destacando la presencia de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga como el DHA y el EPA. Estas grasas “tienen propiedades biológicas promotoras de la salud” y ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Sin embargo, Roos señala que “el perfil nutricional de los peces y otros alimentos acuáticos varía entre especies y según el entorno de cría”. Así, los ingredientes del pienso, la salinidad del agua o el tipo de especie cultivada son factores que influyen en su valor nutricional.

No obstante, advierte que la sustitución de especies silvestres por otras cultivadas puede alterar el perfil nutricional tradicional de las dietas. Por ello, hace un llamado a profundizar en investigaciones que permitan “entender las dinámicas y las implicaciones nutricionales asociadas a los cambios dietéticos en poblaciones donde se desarrolla la acuicultura”.

Para avanzar en este campo, se necesitan estudios bien diseñados que analicen los efectos en la salud humana, desde el crecimiento infantil y el desarrollo cognitivo, hasta la prevención de enfermedades crónicas.

El artículo también vincula la acuicultura con la transición verde. Roos explica que la diversificación de especies cultivadas —desde microalgas hasta peces carnívoros— y la sustitución de ingredientes marinos por vegetales en los piensos son pasos fundamentales para reducir la presión sobre los recursos oceánicos. Aun así, advierte: “Reemplazar los aceites marinos por aceites vegetales puede afectar el perfil nutricional y de salud de los peces cultivados”.

En cuanto a la seguridad alimentaria, la autora aboga por nuevas soluciones tecnológicas que garanticen la calidad sanitaria y nutricional de los productos acuícolas. “La conservación inadecuada compromete la salud a través de la contaminación microbiana, la transmisión de parásitos y la formación de toxinas como la histamina”, señala, y subraya la necesidad de investigar tecnologías de secado y fermentación más eficientes y seguras.

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