La tecnología disruptiva basada en Inteligencia Artificial, al igual que en otras industrias y facetas de nuestra vida, promete transformar el sector de la acuicultura y es propuesta como una herramienta para optimizar y revolucionar desde la mejora de la salud de los peces hasta la eficiencia operativa de las granjas acuícolas.
La importancia de la IA en la acuicultura radica en su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real, permitiendo a los acuicultores tomar decisiones informadas y precisas. Esto es esencial en un entorno donde factores como la calidad del agua, la alimentación, y la salud de los peces deben ser monitoreados y ajustados constantemente para asegurar una producción sostenible y rentable. La IA facilita la automatización de procesos críticos, como la detección temprana de enfermedades, la identificación precisa de los peces y la optimización de los regímenes alimentarios, lo que reduce significativamente el riesgo de pérdidas y mejora el bienestar de los animales.
Estas tecnologías también permiten un manejo más eficiente de los recursos, como el agua y la alimentación, ayudando a minimizar el impacto ambiental de la acuicultura. La capacidad de predecir problemas antes de que ocurran y ajustar las condiciones del cultivo en consecuencia es una de las principales ventajas que la IA ofrece a los acuicultores, lo que promete un futuro más sostenible y resiliente para la industria.
La IA no solo mejora la eficiencia operativa como se está poniendo de manifiesto estos días en Copenhague, sino que también abre nuevas oportunidades para la innovación en la acuicultura. Por ejemplo, el uso de algoritmos avanzados para la selección genética y la cría selectiva permite a los productores desarrollar especies más resistentes a enfermedades y adaptadas a diversas condiciones ambientales. Este enfoque impulsado por la IA podría llevar a avances significativos en la producción de especies clave como la dorada, la lubina y la trucha, entre otras.
Entre las posibles aplicaciones, destaca la herramienta ZiD-AI para el análisis morfométrico y conductual de peces. Desarrollada para el monitoreo de peces cebra adultos, esta tecnología utiliza algoritmos avanzados de IA, eliminando la necesidad de métodos invasivos. Esto, como señalaron los investigadores, no solo mejora el bienestar de los peces, sino que también proporciona datos precisos y en tiempo real sobre la salud y el comportamiento de los animales, lo que es de gran importancia para la toma de decisiones informadas en la gestión de la acuicultura.
Por otra parte, la plataforma Aqusens utiliza microscopía holográfica y algoritmos de IA para detectar y cuantificar patógenos y microplásticos en muestra de agua. Al identificar de manera temprana contaminantes o patógenos potencialmente peligrosos, permite a los acuicultores tomar medidas rápidas de mitigación, mejorando así la sostenibilidad y la productividad de sus operaciones.
En el caso de la reproducción selectiva mejorada, la presentación Catch the Wave, propone optimizar los programas de mejora genética mediante el análisis de imágenes y la evaluación de características de los peces, como el estilo de nado. Utilizando modelos de redes neuronales, los investigadores pueden identificar mejores candidatos para la reproducción con base en características deseables, como el crecimiento rápido o la resistencia a enfermedades.
Esto, como señalan, no solo acelera el proceso de selección, también aumenta la eficiencia y efectividad del cultivo de peces.
La tecnología basada en Planktoscope demuestra cómo la Inteligencia Artificial puede ser aplicada para monitorizar a nivel micro los sistemas de acuicultura multitrófica. Este enfoque, según señalan los investigadores, permite una gestión más precisa de los ecosistemas acuáticos, asegurando que las condiciones ambientales se mantengan óptimas para todas las especies involucradas en estos sistemas complejos. La capacidad de realizar un seguimiento detallado de los cambios en el ecosistema acuático ayuda a los acuicultores a mantener un entorno equilibrado y saludable, promoviendo prácticas sostenibles.
Otras aplicaciones que se pueden destacar del uso de la Inteligencia Artificial en acuicultura incluyen modelos que mejoran la alimentación y reducen los residuos, la optimización de la calidad del agua.
En definitiva, los distintos enfoques presentados en Aqua 2024 vienen a poner de manifiesto cómo, a medida que la tecnología vaya evolucionando, se integrará mejor en acuicultura prometiendo abrir nuevas fronteras para la producción sostenible de alimentos acuáticos.