
Australia 1/09/2020 - Los días en los que la disponibilidad de aceite de pescado a escala global hacía saltar las alarmas de precios y volatilidad de los mismos parecen estar llegando a su fin. Hasta ahora el aceite de pescado se consideraba un bien finito con pocas posibilidades de reemplazo a precios competitivos, lo que perturbaba especialmente a la industria del salmón Atlántico y otras especies dependientes de este ingrediente para su correcto desarrollo nutricional.
La firma biotecnológica Nuseed, subsidiaria del gigante agrícola australiano Nufarm, asegura tener capacidad para duplicar su producción de aceite de canola Omega-3 modificada genéticamente en los próximos cinco años. Para ello, la biotecnológica producirá aceite de canola de Aquaterra Omega-3, la cual, a través de una modificación genética utiliza un gen de alga para duplicar la producción de aceite rico en DHA.
Esta producción no necesita incrementar ni la superficie agrícola, ni las instalaciones de almacenamiento ni las instalaciones de procesado.
El producto, cultivado en Dakota del Norte y Montana, ya está disponible comercialmente y se puede escalar fácilmente a través de un convenio con otro gigante agrícola de Estados Unidos de América Archer Daniels Midland (ADM).
Nuseed estima que la actual oferta de aceite de pescado ronda el millón de toneladas métricas en promedio anual. Con la canola de Aquaterra se puede elevar el volumen de Omega-3 al menos en 1,8 millones de toneladas la próxima década.
La compañía, con sede en Colorado recibió la confirmación de las autoridades canadienses de que su aceite de canola refinado con Omega-3 de tipo DHA es seguro para el consumo humano y el aceite crudo y la harina de canola también lo son para acuicultura y alimentación de ganado.
Este nuevo aceite ya ha sido probado por NOFIMA en Chile a escala comercial. En concreto se criaron 1,5 millones de salmones usando la dieta de Aquaterra frente a otro millón de peces que siguió una dieta estándar.
A pesar que la entrada de este ingrediente representa una clara amenaza para los productores tradicionales de harina y aceite de pescado, desde la biotecnológica se asegura que ambos son complementarios y básicamente lo que hace este nuevo aceite es dar estabilidad a la industria.
El aceite de canola modificada genéticamente ha tardado en desarrollarse una década en la que se han invertido más de 100 millones de dólares australianos, unos 61 millones de euros.