PROYECTOS

La ciencia y la tecnología convierten un residuo de cerveza en un nutritivo ingrediente para acuicultura

En el marco del proyecto europeo Life Brewery los expertos han llegado a valorizar los residuos de cerveza en forma de bagazo y levadura para convertirlos en subproductos de alto valor nutricional

cervecería artesanal

La nutrición en acuicultura podría ser un destino innovador y replicable para los residuos generados en la fabricación de cerveza. Según señalan desde el proyecto europeo Life Brewery que ahora llega a su fin, cada año la industria cervecera europea genera 7 millones de toneladas de bagazo y 1 millón de toneladas de levadura que deben ser tratados como residuos.

Como señalan los investigadores, cada hectolitro de cerveza producido genera aproximadamente 20 kilos de bagazo y 3 kilos de levadura que, en el mejor de los casos, son destinados a la alimentación animal, mientras que, en el peor de los casos, son gestionados como residuos, con el consiguiente impacto económico y ambiental.

En el nuevo horizonte europeo, los mal llamado residuos de este tipo, cuando se pueda, deberán gestionarse como subproductos en búsqueda “de la máxima eficiencia en el uso de recursos naturales y la creación de sinergias entre los diferentes sectores productivos implicados”. En el caso de la cerveza, estos subproductos contienen “un alto valor nutricional” y son una potencial fuente de proteína para alimentación humana y animal ya que incluyen “materias primas ricas en otras biomoléculas de interés”, lo que supone, según asegura David San Martín, experto en valorización de subproductos alimentarios del centro tecnológico AZTI, “una nueva oportunidad de negocio para la industria cervecera de Europa”.

Tecnología actual, innovadora, replicable y sostenible

Para la valorización del bagazo y la levadura, como explica San Martín, se han empleado técnicas de hidrólisis enzimática para mejorar la digestión de los ingredientes cuando son empleados en alimentación acuícola.

El segundo paso ha consistido en la estabilización por deshidratación manteniendo la calidad nutricional, garantizando la calidad alimentaria y la viabilidad económica de los ingredientes obtenidos.

La solución, como señalan, ha sido integrada en una planta de producción estándar mediente un estudio de ingeniería de detalle en el que se ha aplicado metodología de ECODISEÑO ISO 14006, dando como resultado la posibilidad de ofrecer una planta “llave en mano”, sostenible, eficiente y segura a cualquier escenario y adaptable a cualquier dimensión empresarial.

Ingredientes validados en trucha arcoíris y dorada

Los ingredientes han sido validados en dorada (Sparus aurata) y trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) con resultados “muy positivos”. “Se ha demostrado que tienen la digestibilidad adecuada para los peces gracias a su alto nivel de inclusión en la levadura y bagazo en las dietas, así como su alto valor nutricional a través de ensayos de eficiencia alimentaria en los que no se han apreciado diferencias con los piensos comerciales”, según San Martín.

Por otra parte, este proceso también ha dado como resultado la producción de ingredientes aptos para el consumo humano. En este sentido, el alto valor proteico de los ingredientes obtenidos mediante esta solución la convierten en una buena alternativa en un mercado demandante de nuevas fuentes proteicas. Al mismo tiempo, su alto contenido en biomoléculas funcionales le aportan propiedades prebióticas, antimicrobianas, antioxidantes y antihipertensivas, de gran interés para el sector de la alimentación.

El proyecto Life Brewery supone un paso más allá en el establecimiento de la economía verde, generando cadenas de valor y soluciones que contribuyen a una sociedad más saludable y sostenible. Además del centro tecnológico AZTI, en esta iniciativa han participado IRTA (Instituto de Investigación y Tecnologías Alimentarias), las empresas Riera Nadeu y LKS KREAN y la Asociación de Cerveceros de Europa.

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