¿La corvina o la seriola? ¿Cuál puede ser el salmón del Mediterráneo

España, 19/09/2025 | Cualquiera de las dos tiene potencial para convertirse en una especie de éxito en acuicultura

Pez limón vs Corvina

El éxito de la acuicultura del salmón en Noruega es una referencia global para cualquier país o región que busque desarrollar una industria piscícola de alto valor. De ser una actividad incipiente, ha crecido hasta convertirse en un pilar económico que contribuye con el 1.5% del PIB del país y genera más de 57,000 empleos. Este "milagro" se basó en una estrategia integral de innovación tecnológica, control de la cadena de valor y desarrollo regional. Sin embargo, este modelo no está exento de críticas, a menudo relacionadas con la falta de equidad social y el impacto ambiental.

Mientras que Noruega tiene sus aguas frías y su salmón, el Mediterráneo tiene un inmenso potencial acuícola con especies autóctonas que podrían replicar este éxito. La corvina (Argyrosomus regius) y la seriola o pez limón (Seriola dumerili) se perfilan como las candidatas más prometedoras para convertirse en los "salmones del Mediterráneo".

La corvina es una especie muy apreciada en la gastronomía mediterránea por su carne blanca y suculenta. Se trata de un pez que ha demostrado una excelente adaptación al cultivo en cautividad, con un rápido crecimiento y buena conversión del alimento. Su potencial de mercado es considerable, tanto a nivel nacional como internacional.

Sin embargo, para que su cultivo se convierta en una industria de gran escala, se necesita un enfoque estratégico. Se debe aumentar la inversión en I+D para mejorar la genética, optimizar las dietas y controlar los ciclos reproductivos de manera más eficiente. Además, se debe construir una red de proveedores locales que minimice la dependencia de importaciones, asegurando que los beneficios económicos de la cadena de valor se queden en la región.

Por su parte, la seriola o pez limón es un pez pelágico de crecimiento muy rápido, que ya está siendo cultivado con éxito en varias partes del mundo. Su carne, de alta calidad y muy valorada, tiene un nicho de mercado en la alta cocina y en el mercado para la producción de sushi y sashimi. Para que la seriola despegue en el Mediterráneo, se deben superar los desafíos tecnológicos que aún existen en el cultivo en jaulas abiertas y en el control de su ciclo de vida. Al igual que el salmón, la seriola podría beneficiar a las comunidades costeras y rurales si el desarrollo de las granjas se planifica cuidadosamente para fomentar el empleo local.

El camino a seguir para la corvina y la seriola no debería ser distinto al que recorrió el salmón noruego. El éxito no se mide solo en el volumen de producción, sino en la creación de valor compartido. Esto implica la innovación constante para perfeccionar las técnicas de cría, la nutrición y las soluciones sanitarias.

También es esencial que la industria no se limite al engorde, sino que se involucre en el procesamiento, la comercialización y el desarrollo de subproductos.

Finalmente, el factor más importante es el compromiso con prácticas ambientalmente sostenibles y transparentes para asegurar la aceptación de las comunidades locales y los consumidores. Si los países del Mediterráneo logran replicar el enfoque noruego, estas especies podrían convertirse en el motor de una nueva era de desarrollo económico y social, no solo en la industria pesquera, sino en toda la región.

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