Los peces son más predadores en mares cálidos que en aguas frías según se desprende de un estudio realizado en la costa del Pacífico y de Atlántico del continente americano, que abarca más de 10 000 kilómetros.
Cuanto más cerca al ecuador las aguas son más cálidas y es donde más se intensifica la predación. Los resultados de este estudio pueden ser interesantes desde un enfoque de calentamiento global ya que con el aumento de las temperaturas se podrían alterar las interacciones entre especies.
El equipo de ecólogos y naturistas que han participado en este estudio en el marco de la Iniciativa Experimental Panamericana en Macroecología Marina (PanAmEx), y cuyos resultados han sido publicados en la prestigiosa revista Science, pusieron a punto un experimento estandarizado que replicaron en 36 ubicaciones a lo largo de las dos costas del continente americano, abarcando 115 grados de latitud (10 000 km).
Hasta ahora ninguna investigación de estas características había cubierto una latitud tan amplia y, en general, se centraron en medir la depredación y no las consecuencias sobre el hábitat.
Los resultados, como señalan, implican que el cambio climático puede tener efectos predecibles en la regulación de las comunidades cercanas a la costa. El estudio, además, es capaz de correlacionar temperatura y efectos de depredación a lo largo de grandes áreas geográficas. Como efecto del calentamiento de los océanos, destacan, se puede producir una mayor intensidad de depredación hacia los polos.
Específicamente, añaden, la relación de temperatura – depredación observada exhibe un punto de inflexión aproximadamente a los 20 grados centígrados, que probablemente se moverá hacia los polos con el calentamiento, promoviendo el control de arriba hacia abajo en latitudes altas y aumentando los efectos de depredación en latitudes medias y altas a lo largo del tiempo.
La respuesta al calentamiento es menos segura en los trópicos, donde la depredación puede aumentar o disminuir, ya que los aumentos de temperatura proyectados están más allá del rango actual de observación y, por tanto, puede exceder las tolerancias térmicas de los depredadores existentes.
Tales cambios a gran escala en el control de arriba hacia abajo podrían tener consecuencias de gran alcance, dado el papel clave de las interacciones de las especies en el mantenimiento de la estructura del ecosistema, la diversidad, los procesos biogeoquímicos y la provisión de servicios ecosistémicos críticos para las comunidades humanas.
Referencia:
Gail Ashton et co. Predator control of marine communities increases with temperature across 115 degrees of latitude. Science, 2022.