
Las doradas criadas con piensos que sustituyen la harina y el aceite de pescado por ingredientes alternativos conservan los mismos beneficios saludables reconocidos por la Unión Europea que las alimentadas con piensos convencionales.
Hasta ahora, uno de los grandes frenos para incorporar materias primas alternativas a los ingredientes marinos, y que actuaba como freno, era perder la capacidad de comunicar los beneficios nutricionales que los consumidores españoles y europeos buscan en el pescado – especialmente aquellos valores autorizados por la Unión Europea sobre el omega-3 EPA y DHA, que se asocian a la salud cardiovascular y neuronal.
En un estudio, cuyos resultados han sido presentados en la Aquaculture Europe 2025 de Valencia, los investigadores Esther Sendra-Nadal, Francisca Hernández-García y Marina Cano-Lamadrid de la Universidad Miguel Hernández, se ha puesto de manifiesto que la dorada alimentada con piensos alternativos a base de proteínas animales procesadas y fuentes sostenibles mantiene los beneficios nutricionales.
Los investigadores analizaron el perfil de ácidos grasos en doradas alimentadas con tres tipos de dietas —tradicional (CTRL), con proteínas animales procesadas (PAP) y con fuentes alternativas (ALT)— en dos etapas de crecimiento.
Los resultados demuestran que los niveles de EPA y DHA, ácidos grasos asociados a la salud cardiovascular y cerebral, siguen dentro de los rangos exigidos por la normativa europea (Reglamento CE 1924/2006) para utilizar declaraciones nutricionales y de salud.
En la práctica, esto significa que los peces alimentados con dietas sostenibles pueden etiquetarse como “fuente alta de omega-3” y atribuir beneficios como “ayuda a mantener niveles normales de triglicéridos y presión arterial”.
El hallazgo desmonta el mito de que sustituir la harina y el aceite de pescado reduce la calidad nutricional del producto final. Según los autores, los resultados abren la puerta a una acuicultura más sostenible sin renunciar al valor saludable que demanda el consumidor europeo.