La mayoría consumidores españoles están dispuestos a pagar hasta un 25% más por pescados de acuicultura ecológica en comparación con los convencionales, según un reciente estudio que explora las preferencias de compra y los factores determinantes en este mercado emergente. Esta disposición refleja un creciente interés por productos que conjugan sostenibilidad y calidad, a pesar de las barreras económicas que afectan a una parte de los consumidores.
El análisis fue llevado a cabo por investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña y estuvo centrado en la lubina europea. Los resultados revelan que algunos compradores estarían dispuestos a abonar un promedio de 2,26 euros adicionales por kilogramo de pescado ecológico, tomando como referencia un precio base de nueve euros por kilo para productos convencionales.
La frescura, el origen y los métodos sostenibles de producción son factores clave que impulsan estas decisiones de compra, según el estudio, que también subraya la importancia de la percepción de calidad en los productos etiquetados como ecológicos.
El atributo más valorado por los consumidores es la frescura del producto, con una puntuación media de 8,88 sobre 10, seguido del precio (7,86) y el origen del pescado (7,34). La etiqueta “ecólogico”, aunque valorada, ocupa un lugar menos prioritario, lo que sugiere que el consumidor busca una combinación de calidad tangible y sostenibilidad.
Sin embargo, no todos los consumidores comparten esta disposición. Un 24% de los encuestados rechaza pagar un sobreprecio por pescado de acuicultura ecológica. Las razones principales incluyen limitaciones presupuestarias (39,2%), la creencia de que los productos ecológicos deberían tener precios similares a los convencionales (38,9%) y el escepticismo sobre los beneficios reales de estos productos (9,5%).
“Aunque hay una tendencia creciente hacia el consumo sostenible, todavía existen barreras importantes que superar, tanto en la percepción como en la accesibilidad económica”, concluye el estudio.
Estas cifras abren una ventana de oportunidad para los productores y comercializadores, que podrían enfocar sus esfuerzos en educar al consumidor sobre los beneficios de la acuicultura ecológica y destacar atributos como la frescura y la sostenibilidad. Además, podrían explorar estrategias que permitan ajustar los precios para captar a un segmento más amplio de compradores.
La preferencia por productos de acuicultura ecológica también refleja un cambio en los hábitos de consumo hacia una mayor conciencia ambiental. En un contexto donde la pesca sostenible y la reducción del impacto ambiental son prioritarios, este tipo de elecciones podría marcar una diferencia significativa en el sector alimentario y contribuir a la protección de los ecosistemas marinos.