Los cambios en la dieta de los peces inducen alteraciones temporales en la microbiota intestinal que tienden a estabilizarse a largo plazo. Esta adaptabilidad microbiana tiene implicaciones prácticas en la búsqueda de piensos alternativos más sostenibles y económicos a base de ingredientes novedosos, sin comprometer la salud intestinal de los peces.
Así se desprende de un reciente estudio liderado por investigadores del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) y del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB), quienes han investigado la adaptación a largo plazo de la microbiota intestinal de la dorada (Sparus aurata) cuando su dieta cambia de un pienso comercial a una dieta alternativa, en este caso, basada en el camarón rosado (Parapenaeus longirostris).
El objetivo principal de este estudio fue evaluar la diversidad y estructura microbiana a lo largo de 60 días tras un cambio dietético radical, proporcionando información clave sobre cómo la microbiota intestinal responde y se adapta a nuevos ingredientes en la dieta.
El estudio se realizó en las instalaciones del IRTA. La secuenciación del gen 16S rRNA se llevó a cabo utilizando la plataforma Illumina MiSeq, con cebadores específicos para la región hipervariable V3-V4 del gen 16S rRNA. Este método robusto permitió identificar y analizar con precisión las comunidades microbianas presentes en el intestino de los peces.
Los investigadores usaron camarón rosado por sus similitudes nutricionales con la dieta “silvestre” de la dorada, lo que permite estudiar la adaptación de la microbiota intestinal bajo una dieta más cercana a su alimentación natural.
El camarón fue adquirido congelado de una empresa local de pesca. Fueron limpiados con abundante agua de mar estéril para remover el sodio metabisulfito, un conservante antioxidante sintético utilizado para la conservación que tiene propiedades antimicrobianas y podría interferir en el estudio. Posteriormente, los camarones fueron cortados en piezas de 2 a 3 centímetros para facilitar su ingestión por parte de los peces.
Según lo observado por los investigadores, después de 20 días con la dieta alternativa, la biodiversidad microbiana aumentó, medida con el índice de Shannon, mientras que la dominancia disminuyó. Esto indica un cambio inicial en la composición de la microbiota al introducir un alimento más cercano a la dieta natural de la dorada.
Sin embargo, con el tiempo, se observó una adaptación progresiva de la microbiota, con una estabilización en la diversidad y estructura a los 40 y 60 días. Al final del experimento, las diferencias iniciales entre los peces alimentados con pienso comercial y aquellos con la dieta de camarón se habían reducido significativamente, mostrando una microbiota intestinal adaptada y equilibrada.
Durante el estudio, se identificaron especies bacterianas persistentes en todos los tiempos y bajo ambas dietas, como Ralstonia, Paraburkholderia, Fulvimonas, Pseudomonas y Cutibacterium. Estas especies forman parte de una "microbiota central", que parece ser independiente del tipo de dieta y estaría influenciada principalmente por factores inherentes al huésped, como la especie, edad y genética.
Otro aspecto interesante del estudio es que las bacterias presentes en el pienso comercial y en la dieta alternativa no se establecieron predominantemente en el intestino de los peces. Esto refleja que las bacterias presentes en los alimentos no siempre logran colonizar el tracto intestinal de manera permanente, especialmente en condiciones de cultivo controladas.
Entre otras diferencias observadas, en las primeras fases del experimento, el grupo alimentado con camarón mostró una mayor abundancia de Ralstonia y otras bacterias como Aliivibrio. Este fenómeno podría deberse al contenido de quitina del exoesqueleto del camarón, que actúa como un prebiótico favoreciendo el crecimiento de bacterias beneficiosas capaces de degradarlo. Por otro lado, el alimento comercial, sometido a procesos térmicos durante su producción, mostró un menor impacto en la microbiota inicial, lo cual sugiere una menor presencia de bacterias viables en el pienso.
Implicaciones prácticas en acuicultura
Este tipo de estudios son de gran relevancia para la acuicultura comercial ya que profundiza en un aspecto clave como es la alimentación con piensos basados en ingredientes noveles.
Gracias a los resultados de estas investigaciones, los granjeros ganan seguridad en el uso de este tipo de piensos, lo que les permite reducir la dependencia a ingredientes marinos más caros.
Además, conociendo el tiempo de adaptación de los peces a cambios en la dieta, se puede planificar mejor la transición sin comprometer el crecimiento o la salud de estos.