Italia y España son dos países con costumbres y culturas muy parecidas, así como con un nivel socioeconómico similar. Por eso, cualquier estudio de hábitos de consumo que se haga en el país transalpino puede extrapolarse al nuestro salvando algunas distancias.
Ayer, durante el webinario AquaFarm Digital, se presentó un estudio muy interesante sobre “Acuicultura y Covid-19, ¿Cuál es el impacto en los consumidores?” que ha sido realizado por CREA Marketing Consulting por encargo de la Asociación de Piscicultores Italiano (API) y ha tenido por objetivo saber cuál ha sido el comportamiento de compra en las familias italianas durante el confinamiento.
Como señaló al respecto Susi Tondini, directora ejecutiva de CREA Marketing Consulting los resultados permiten “identificar oportunidades de innovación comercial y de productos en el nuevo contexto”.
El periodo analizado reflejó que el pescado es uno de los alimentos de mayor consumo en el hogar en comparación a cómo era antes de la pandemia. Se ha comprobado también que nuevas familias se han incorporado al consumo de pescado de acuicultura, concretamente un 6%.
Por otra parte, un 10% ha cambiado sus recetas de pescado y el 8% de las familias continuará utilizándolas. En definitiva, los consumidores ahora contemplan más recetas, incluso platos preparados, diferentes métodos de cocción y más tipos de pescado.
La pandemia también ha modificado el lugar de compra del pescado. El supermercado e hipermercado ha caído un 11%, la pescadería cayó 2% y el mercado se mantuvo al mismo nivel. Los ganadores fueron los comercios de venta de pescado congelado que vieron subir un 11% las ventas y el reparto a domicilio que aumentó un 29%.
Los consumidores se informaron sobre el método de producción del pescado (acuicultura o pesca), un 83% lo hizo frente al 17% que no. En caso de saber que es de acuicultura, el 78% verifica a su vez el origen. Sin embargo, un 45% considera difícil conocer la procedencia del pescado.
El nacionalismo también ha estado presente en el consumo. El 82% de los italianos prefiere pescado de crianza nacional valorando que ayuda a sostener la economía del país, es más sostenible, más seguro, más fresco y más bueno.
Después de la pandemia, muchos consumidores han mostrado su intención de seguir manteniendo estos hábitos, lo que irá consolidándose en el tiempo conforme se prolonga el periodo de pandemia y se mantengan las medidas de distanciamiento.
Un 11% de los encuestados esperan volver a la situación de pandemia, principalmente jóvenes y ancianos, por una cuestión económica. Un 18% se mostró indeciso, no saben qué harán, aunque si han mostrado una mayor sensibilidad por el origen del pescado y la nacionalidad del pescado. El 19% son ahora más cocinillas, aplican nuevas recetas, consumen más pescado, piden que le lleven la compra a casa e intentarán mantener estos hábitos, principalmente parejas jóvenes con hijos.