
La producción de lubina y dorada de acuicultura está creciendo cada año de forma sostenible a una tasa anual de crecimiento de 6% para ambas especies. En los últimos 20 años se ha pasado de las 150 000 toneladas de 2000 a las más de 475 000 toneladas del pasado año. En 2023 se espera que se alcancen las 500 000 toneladas, según las proyecciones recientemente publicadas por el Observatorio Europeo del Mercado de los Productos de la Pesca y la Acuicultura (EUMOFA).
Los países de la Unión Europea que fueron los que vieron nacer y desarrollarse los primeros paquetes tecnológicos están quedando rezagados respecto a terceros países como Turquía y norte de África cuyas tasas de crecimiento anual superan los dos dígitos desde las dos últimas décadas.
Por especies, la lubina ha pasado de 45 000 toneladas en 2000 a las casi 90 000 toneladas actuales. Por su parte la dorada ha pasado de 60 000 toneladas a 110 000 toneladas en el mismo periodo analizado.
Dentro de la Unión Europea, España se sitúa como segundo mayor productor con 30 000 toneladas, a una larga distancia de Grecia, con 128 000 toneladas. Le siguen Italia, 17 000 toneladas y Croacia 14 000 toneladas.
El déficit endémico de producción hace que se tengan que importar a la Unión Europea alrededor de 25 000 toneladas de lubina por valor de 105 millones de euros. Un déficit comercial que en los 5 últimos años ha crecido en volumen un 50% y en valor un 20% a favor de Turquía que representa el 96% de los envíos.