A medida que el cambio climático avanza, peces como la trucha arcoíris se enfrentarán al estrés térmico debido al aumento de las temperaturas. Este nuevo escenario tendrá un impacto significativo en la salud intestinal, incluyendo cambios en la morfología, el crecimiento, la susceptibilidad a infecciones, la respuesta inmunitaria y la expresión de genes relacionados con el estrés térmico.
Un estudio, cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Aquaculture, muestran evidencias de daños en la estructura histológica del intestino de la trucha arcoíris, afectando la túnica mucosa y las células epiteliales. Esto provocó un aumento de la susceptibilidad de la trucha arcoíris a la bacteria Aeromonas salmonicida, particularmente virulenta en salmónidos, que llega a alcanzar el 100% de la mortalidad en algunos casos.
La trucha arcoíris es un pez de aguas frías altamente sensible a cambios de temperaturas. Se considera que a partir de los 15ºC, las truchas comienzan a estresarse. Por eso, lo investigadores testaron el comportamiento de los peces a rangos de temperaturas elevadas de 18ºC y 21ºC.
Como comprobaron en el estudio, las altas temperaturas también tuvieron un impacto en el crecimiento ya que inhibieron significativamente las tasas a partir de los 21 grados centígrados. Esto podría atribuirse, como señalan los investigadores, al impacto del calor en otros aspectos fisiológicos, como la ingesta de pienso y la tasa metabólica.
Otro aspecto a tener en cuenta con las altas temperaturas son los cambios en la diversidad y la microbiota intestinal, que aumentó, así como la abundancia de la composición de ciertas bacterias como Proteobacteria y Firmicutes.
Los investigadores establecieron una relación entre microbiota e inmunidad que la asociaron con la activación o reducción de citosinas inflamatorias y cambios en las vías metabólicas relacionadas con el sistema inmunológico y la reparación. Este hallazgo sugiere “una estrecha relación entre la microbiota y la respuesta inmunológica en la trucha arcoíris bajo estrés térmico”.
En conjunto, estos resultados indican que el daño patológico en el tejido intestinal conduce a un control desregulado de la microbiota, lo que aumenta la susceptibilidad intestinal y reduce la función del sistema inmunológico y de reparación en la trucha arcoíris bajo altas temperaturas.
Estos hallazgos, por tanto, tienen implicaciones importantes para comprender cómo el estrés térmico afecta la salud de los peces en la acuicultura, y permitirán establecer estrategias de atenuación de los efectos.