Las algas son de los organismos más antiguos de la tierra y son responsables de actuar como pulmón del planeta al producir la mayor parte del oxígeno que consumimos. Aunque puedan parecer rudimentarias, lo ciertos es que saben comunicarse y defenderse de agresiones del entorno.
Esta comunicación es química y fue detectada por primera vez en investigaciones de la macroalga fucus a principios de la década de 1970. Esta comunicación se realiza liberando feromonas, y sirve para que los gametos masculinos y femeninos de esta alga puedan encontrarse en el océano.
Así lo defiende el profesor Mahasweta Saha, ecologista químico marino del Laboratorio Marino de Plymouth en Gran Bretaña, y Patrick Fink, del Helmholtz Center for Environmental Research quienes han publicado en Biological Reviews un estudio sobre el estado actual de la investigación en la comunicación química de las algas.
Según comenta Fink, algunas cianobacterias mantienen a raya a las pulgas de agua a través de señales químicas que se conocen como “compuestos orgánicos volátiles biogénicos”, que básicamente son hidrocarburos emitidos por fuentes naturales, principalmente de la vegetación.
Estas señales, explica, son el equivalente de los olores en el aire con los que las plantas con flores se comunican y atraen a sus polinizadores. Cuando son atacadas por parásitos, algunas especies de plantas liberan olores que atraen a los enemigos naturales de los parásitos. Esta señal aparentemente actúa como repelente y tiene un verdadero valor agregado para las algas, a saber, la protección efectiva contra el pastoreo, ", dice Fink.
Por el contrario, aún no se comprende por qué algunas algas de agua dulce que crecen como biopelículas en rocas o conchas de mariscos, por ejemplo, liberan estos compuestos biogénicos al pastar los caracoles de estanque, ya que, estas señales químicas “atraen más caracoles”.
Otro caso de liberación de compuestos orgánicos volátiles biogénicos se produce durante las floraciones de diatomeas, y que representan un “verdadero festín para los copépodos”. Sin embargo, aunque se trata de una rica oferta de nutrientes, los compuestos biogénicos que se liberan en el interior de los copépodos interrumpen el desarrollo embrionario y como consecuencia se evita la depredación excesiva sobre sus descendientes.
En su publicación, el dúo de autores hace referencia al efecto presumiblemente significativo de los compuestos orgánicos volátiles dentro de los ecosistemas acuáticos, identifica lagunas en el conocimiento e indica posibles áreas de investigación futuras, como los procesos coevolutivos entre emisores y receptores de señales o las consecuencias de los cambios en el medio ambiente causados por los humanos en los ecosistemas acuáticos.
"Como productores primarios, las algas forman la base de la vida de todas las cadenas alimentarias acuáticas", dice Fink. "Por lo tanto, es importante que aprendamos a comprender mejor la comunicación química de las algas y sus relaciones funcionales básicas en los ecosistemas acuáticos".
Los autores creen que una mayor comprensión del lenguaje de las algas también podría tener aplicaciones técnicas útiles, como el uso de señales químicas para disuadir a los parásitos, reduciendo así el uso de quimioterapias en la acuicultura. Una mejor comprensión de las vías de comunicación química también es importante para permitir el desarrollo de estrategias ambientales más eficientes.
“No podemos proteger las aguas a menos que entendamos el funcionamiento de sus mecanismos de regulación internos”, dice Fink. Los estudios iniciales muestran que el proceso de comunicación química de las algas marinas se ve interrumpido por la creciente acidificación de los océanos debido al cambio climático.
"También es muy probable que haya interacciones entre los microcontaminantes de origen humano y los compuestos volátiles de las algas. Esto interrumpe los procesos de comunicación química finamente equilibrados que se han mantenido estables durante períodos prolongados, lo que puede tener graves consecuencias para el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos. Fink advierte.
Referencia:
Mahasweta Saha, Patrick Fink: Algal volatiles - the overlooked chemical language of aquatic primary producers. Biological Reviews