ESTUDIO

Las granjas de algas marinas en países de ingresos medios y bajos pueden ser “minas de oro”

EEUU 12/06/2023 | Un estudio propone coordinar a gobierno e inversores para promocionar para impulsar granjas de algas en África y Asia

Granjera de Indonesia con algas

Un estudio reciente de la Escuela Friedman de Ciencias de la Nutrición y Políticas de Alimentación de la Universidad de Tufts, en Estados Unidos, sugiere que algunos agricultores podrían pasar del cultivo en tierra al cultivo en el mar para ayudar a solucionar el hambre y la malnutrición en países de ingresos bajos y medios de África y Asia, al tiempo que reducen el riesgo a las consecuencias del cambio climático en su modo de vida.

El estudio, publicado en la revista científica Global Food Security, señala que el cultivo de algas marinas es una alternativa “más sostenible” a la cría de ganado, ya que no requiere tierra, agua dulce ni fertilizantes químicos.

Además, podría resultar especialmente rentable debido a la creciente demanda de productos ricos en nutrientes derivados de las algas marinas en todo el mundo. Los beneficios económicos generados “podrían aumentar el poder adquisitivo de los hogares y las comunidades que se dedican a la producción, procesamiento, envasado y exportación de las microalgas, lo que a su vez se traduciría en dietas más saludables”.

Sin embargo, no todo es color de rosa ya que como describen los autores del estudio en los próximos años se prevé que los océanos se vuelvan cada vez más ácidos, lo cual no es lo ideal para el cultivo de las algas marinas comestibles de forma saludable.

Además, las algas marinas tienen más valor como producto de exportación por sus extractos, y no para consumo humano directo. Como explica, Patrick Webb, profesor en el Alexander McFarlane de Nutrición en la Escuela Friedman y autor principal del estudio. Si bien los países con ingresos promedio más altos que producen y exportan algas marrones, verdes y rojas en grandes cantidades ya cuentan con la infraestructura necesaria para procesar, probar y regular de manera efectiva lo que eventualmente llegará al plato de los consumidores, la mayoría de los países de ingresos bajos y medianos no la tienen.

La investigación sobre los cuellos de botella en el procesamiento es limitada, y los pocos datos existentes sobre factores como los patrones de consumo son propiedad de las compañías de alimentos que los recopilan, señala Webb. Esto significa que los gobiernos y los emprendedores de muchos países de ingresos bajos y medianos tienen pocos recursos o incentivos para invertir en el cultivo de algas.

Debemos enfocarnos, señala Webb en "los pasos que se dan entre la granja y el plato”. "Necesitamos trabajar más de cerca con los gobiernos y el sector privado para identificar los cuellos de botella y cómo superarlos".

Si se pueden superar esos obstáculos, las oportunidades de la acuicultura de algas marinas son ilimitadas, según los autores del estudio. La industria ha prosperado en Indonesia, donde hay mano de obra estacional disponible de manera constante y las granjas pueden lograr economías de escala a nivel industrial, a diferencia de las granjas familiares, por ejemplo, de India y Tanzania. Indonesia se ha convertido en un importante exportador de dos especies de algas marinas de las cuales se extrae carragenano, un espesante presente en leches vegetales y productos cárnicos.
"Hay muchos tipos diferentes de algas marinas, y todas requieren un ambiente ligeramente diferente para crecer. Las vastas costas de África y Asia, no todas serán terrenos de primera calidad", dijo Webb. "Pero gran parte sí".

Para que el cultivo de algas marinas se expanda en estos lugares, los gobiernos deben tomarlo en serio y establecer regulaciones de seguridad alimentaria y un entorno general propicio para que ocurra, según Webb. El interés de inversores locales e internacionales también será fundamental. "Si no sucede mañana, con las condiciones adecuadas, podría suceder pasado mañana", dijo Webb.

Aunque la producción de algas marinas en países de ingresos bajos y medianos está en sus etapas iniciales, Webb confía en su promesa para los agricultores. "El Ministerio de Agricultura, o incluso el Ministerio de Pesca de estos países, probablemente nunca discuten sobre las algas marinas", dijo. "¿Y si lo hicieran? Podrían descubrir una mina de oro".

Referencia:

Patrick Webb, Natalie K. Somers, Shakuntala H. Thilsted. Seaweed's contribution to food security in low- and middle-income countries: Benefits from production, processing and trade. Global Food Security

Te puede interesar