CIENCIA

Las medusas peine son el primer animal del que evolucionaron el resto

EEUU 22/05/2023 | Un estudio publicado en Nature establece la relación genética de los primeros animales diferenciados

Medusa Peine (Mnemiopsis leidyi)

Después de un siglo de estudios sobre cuál es la rama animal primigenia de que la parten todos los animales del planeta todo hace indicar que el primer organismo diferenciado del mundo vegetal fue una medusa.

El debate se centró por un tiempo entre las esponjas y las medusas peine, también conocidas como ctenóforos. Estos dos grupos atípicos de especímenes eran los que estaban más lejanamente emparentados del resto de los animales. A su vez, podían ser considerados grupos hermanos entre sí, si bien las esponjas pasan toda su vida adulta en un mismo lugar, filtrando el alimento del agua de mar, y las medusas peine son depredadoras voraces que se desplazan por los océanos del mundo en busca de alimento.

Para demostrar esta afirmación, un equipo integrado por investigadores del Monterey Bay Aquarium Research Institute de la Universidad de Carlifornia y de la Universidad de Viena han publicado los resultados en la revista Nature. Para dar con la respuesta, los expertos han utilizado un novedoso enfoque basado en la estructura cromosómica transmitida desde aquellos primeros animales.

Como explican existen conjuntos de genes que siempre se encuentran juntos en un mismo cromosoma, desde humanos y hámsters hasta cangrejos y corales, para demostrar claramente que los ctenóforos son el grupo hermano de todos los demás animales.

Este trabajo determinó, en efecto, que el linaje de los ctenóforos se ramificó antes que el de las esponjas, por lo que ambos grupos de animales siguieron evolucionando a partir de su antepasado común. No obstante, los biólogos evolutivos creen que estos grupos siguen compartiendo características con los primeros ejemplares de sus especies.

Como explican, comprender las relaciones entre animales nos ayudará a entender cómo surgieron los primeros ejemplares de fauna y de qué manera han evolucionado a lo largo del tiempo hasta llegar a la diversidad de especies que vemos hoy, así como el desarrollo de características clave de nuestra anatomía, como el sistema nervioso o el tubo digestivo.

Según Daniel Rokhsar, profesor de Biología Molecular y Celular de la Universidad de California en Berkeley, el antepasado común más reciente de todos los animales vivió hace aproximadamente 600 o 700 millones de años. Aunque no hay un registro fósil directo de estos animales de cuerpo blando, los científicos pueden utilizar comparaciones genéticas entre animales vivos para aprender sobre nuestros antepasados comunes.

En este estudio, los investigadores compararon genomas de antepasados muy tempranos, como medusas, anémonas de mar, esponjas y ctenóforos, que tienen constituciones corporales más simples que otras criaturas. A través del análisis de ADN, pudieron elaborar un árbol genealógico que muestra cómo evolucionaron los animales y sus genes a lo largo del tiempo.

Este estudio proporciona un contexto para comprender las funciones básicas que todos los animales comparten y ayuda a entender qué hace que los animales sean animales.

En un estudio reciente se examinó los patrones genéticos en el genoma de las medusas peine y encontró que presentaban una agrupación de genes muy diferente a la de otros animales.

Además, se descubrió que compartían patrones genéticos con organismos unicelulares no animales. Los investigadores sugieren que estas medusas podrían representar un organismo unicelular ancestral, con una de sus crías evolucionando para convertirse en las medusas peine, manteniendo los genes de sus cromosomas en un orden específico a lo largo del tiempo.

Por otro lado, la otra cría podría haber evolucionado para convertirse en esponjas y otros animales, con una reorganización y fusión de genes en sus cromosomas. Estos reordenamientos irreversibles, detectables en la actualidad, indican que las medusas peine son el grupo hermano de todos los demás animales.

Este antiguo evento evolutivo deja huellas en los genomas de los animales incluso cientos de millones de años después.

Referencia:
Schultz, D.T., Haddock, S.H.D., Bredeson, J.V. et al. Ancient gene linkages support ctenophores as sister to other animals. Nature (2023)

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