Existe la idea de que la acuicultura suele contribuir a que países pobres alimenten a consumidores en países ricos. Ya que, se asocia que el rápido crecimiento de la producción va en paralelo a la expansión del comercio internacional de los productos acuáticos.
Estas conclusiones son más intuitivas que basadas en la evidencia científicas y son utilizadas para deslegitimizar el potencial de esta actividad para mejorar el acceso local al pescado y a garantizar la seguridad alimentaria.
Una conclusión que quizá no sea tan cierta como se ha llegado a aceptar en muchos círculos, pues la verdad es que aunque la distribución del crecimiento acuícola se está produciendo de manera desigual en el planeta, los datos analizados en 163 países muestran que su expansión contribuye positivamente a la seguridad alimentaria mundial.
Un estudio de investigadores de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, publicado en la revista científica Global Food Security, desafía la narrativa utilizada frecuentemente de que la producción de alimentos acuáticos afecta a la sostenibilidad y favorece la desigualdad.
Al contrario de lo que se ha venido pensando, en este estudio se muestra a través de la evidencia de los datos como la acuicultura facilita el acceso a los alimentos a las clases medias y bajas en los diez productores más grandes de los países en desarrollo y muestra que tiene una participación de exportación más baja y un precio menor que la pesca de captura.
Según los datos proporcionados en el estudio, un aumento del 1% en la producción acuícola en un país en desarrollo se traduce en un aumento de 0,9% en el consumo per cápita. Estos resultados están en línea a otros realizados que muestra que el consumo de alimentos acuáticos ha aumentado entre los pobres a medida que se expande la acuicultura local.
Así, por ejemplo, las especies de agua dulce de bajo costo facilitan una mayor accesibilidad y asequibilidad de alimentos acuáticos para los segmentos más bajos de la población en Bangladesh.
El documento también muestra cómo los tres países productores de acuicultura más grandes del mundo se encuentran entre los cuatro más poblados, lo que también respalda la idea de que la práctica acuícola proporciona alimentos a nivel nacional.
Los investigadores han encontrado una asociación positiva entre países que han desarrollado una producción acuícola relevante también muestran aumentos comparativamente mayores en el consumo per capita.
La acuicultura, como apuntan los autores de este trabajo, será fundamental en los esfuerzos mundiales para cambiar a dietas más sostenibles desde el punto de vista ambiental y, al mismo tiempo, alcanzar los objetivos de seguridad alimentaria.
Ante una producción pesquera en declive y amenazada por el cambio climático, es necesario fomentar la acuicultura en regiones con altas tasas de desnutrición e inseguridad alimentaria, como el África subsahariana, donde el acceso a productos acuáticos está limitado.
Referencia:
Taryn Garlock, Frank Asche, James Anderson, Adams Ceballos-Concha, David C. Love, Tonje C. Osmundsen, Ruth Beatriz Mezzalira Pincinato. Aquaculture: The missing contributor in the food security agenda, Global Food Security, Volume 32, 2022, 100620, ISSN 2211-9124. https://doi.org/10.1016/j.gfs.2022.100620