
Roma 25/09/2020 – La contracción de la oferta de dorada y lubina debido a menores siembras seguirá contrayéndose a medio plazo, lo que beneficiará a los precios. Sin embargo, queda por ver cómo se transmiten esta subida de precios a lo largo de la cadena de valor, ya que, como se ha visto reflejado recientemente, parece que el precio en primera venta en 2019 estuvo en niveles bajos, mientras que el precio de venta al público se elevó.
Se sabe que el consumo de tallas denominadas tipo ración (450 g aproximadamente) se hace, principalmente en los hogares, y estos, lejos de haber dejado de consumirlos han aumentado su demanda, y con ello, se ha producido una subida de precios. Tomando como referencia los precios de ración de la lubina fresca de Grecia e Italia estos han aumentado de 3,60 euros el kilo de enero a 4,50 euros el kilo en junio. Para la dorada el crecimiento no ha sido tan espectacular, pero si se ha notado un crecimiento del precio de 4,50 euros el kilo a 4,70 euros.
Por otro lado, el imperativo retraso de las cosechas por la menor demanda en el canal HORECA (Hostelería, Restauración y Catering) ha dado lugar a una proporción más alta de peces de formato grande cuyos esfuerzos comercializadores no se recuperarán hasta que la demanda se estabilice. La llegada de una segunda ola volverá a impactar en este sector, ya de por sí bastante machacado.
La presentación en formatos mas diversificados todavía sigue siendo una asignatura pendiente a pesar de que se ha visto que la pandemia ha sido un escenario propicio para la aceleración en el consumo de este tipo de presentaciones. Las empresas que adoptaron este tipo de estrategia de diversificación les están yendo algo mejor que al resto.
Según lo reportado por la firma de análisis de mercado Kontali, la caída de la producción puede situarse en el 9 por ciento. Otras fuentes atribuyen una caída mucho mayor.
Esta nueva crisis por la que deberán transitar las empresas de acuicultura hará que las de menor tamaño o mas endeudadas serán adquiridas por las mas solventes y con capacidad financiera. Esto afectará principalmente a empresas de Grecia y Turquía ya que en España ya hubo una seria reducción del número de operadores por lo que, aparentemente, no queda mucho margen de maniobra.