EMPRESAS

Los productores europeos preocupados ante la pasividad de los países por activar las ayudas de la COVID-19

Existe también una preocupación sobre las consecuencias futuras cuando los mercados se saturen de pescado

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Bruselas 3/06/2020 - Preocupación en la Federación de Productores Europeos de Acuicultura (FEAP, siglas en inglés) por la falta de agilidad en los Estados miembro de la Unión Europea para poner en marcha el paquete de ayudas previstas para hacer frente a las consecuencias de la COVID-19.

Estas ayudas, como señalan desde la FEAP, se gestionaron en abril desde el Parlamento y la Comisión Europea a través de una reformulación del reglamento del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP 2014-2020). Lo que parecía que iba a ser un alivio rápido para el sector, añaden, “ha entrado en la misma crisis que la regulación convencional del FEMP. Las autoridades competentes responsables de administrar el FEMP a nivel nacional y regional están demostrando nuevamente que no pueden manejar estos fondos de manera efectiva”, de ahí que los fondos ya estuvieran infrautilizados. Esta situación, añaden, “crea más preocupación en la FEAP, ya que el próximo Fondo que previsiblemente se denominará Fondo Europeo de Pesca y Acuicultura Marítima (EMFAF) 2021-2027 se avecina en el horizonte”.

La COVID-19, como señala al respecto el presidente de la FEAP, Marco Gilmozzi, ha generado unas consecuencias económicas preocupantes por el cierre durante meses del canal HORECA (Hostelería, Restauración y Catering). La acuicultura europea, señaló Gilmozzi, se enfrenta a su mayor desafío durante décadas” y, si la situación no se aborda correctamente, añadió, “los riesgos del mercado continuarán amenazando a raíz de la crisis sanitaria”.

Para Gilmozzi, los productores primarios son el eslabón débil en la cadena de valor de los productos acuáticos en Europa. Durante la crisis sanitaria, señalan, se ha producido “el aumento de los costes operativos de producción impuestos por la COVID-19 y el cierre total del importante sector de servicios de alimentos en Europa y los mercados de exportación han llevado a la acuicultura europea a un punto crítico. Solo los mercados minoristas y las ventas en la granja están proporcionando alivio”.

La situación individual de las empresas acuícolas depende de las especies producidas, los mercados a los que se dirige y los países. Después de una parada casi completa de la actividad a principios de marzo, al inicio de la COVID-19, las empresas se han ido recuperando lentamente y permanecen con ventas entre un 20 y 30 por ciento menos que en la misma época del año pasado.

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