La producción de langostinos crecerá a lo largo del 2022 a pesar de los efectos que la pandemia del coronavirus ha dejado en el sector, aunque este crecimiento será diferente entre los principales países productores de Latinoamérica.
Ecuador, con más de 1 millón de toneladas anuales, se convertirá en el principal país productor, por delante de otras potencias asiáticas como Vietnam, India o China. Esta actividad genera una entrada de divisas de más de 5 000 millones de dólares en exportaciones. Hasta llegar aquí, según señala el presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, José Antonio Camposano, se ha tenido que pasar un largo proceso de “ajustes” del sistema de producción con mejoras en la nutrición, manejo y tecnificación de los cultivos.
Según datos de la Cámara Nacional, entre enero y noviembre de 2021, se alcanzó una cifra récord tanto en volumen de producción como en valor, ya que el sector realizó envíos por 4 539 millones de dólares, 34% comparado con 2020 cuando se exportaron 3 391 millones de dólares. En volumen son 757.000 toneladas, un 20% más que el año anterior cando se alcanzaron las 632.000 toneladas.
México, el segundo mayor productor de la región, también mantiene una previsión optimista después de un lustro de crecimiento en el que se ha pasado de las 160 000 a las 180 000 toneladas producidas, y que espera que en el próximo año aumente del 8 al 10%.
A pesar de esta buena predicción, México seguirá siendo deficitario en la producción e este crustáceo lo que le hace dependiente de las importaciones para la primera mitad del año con cerca de 40 000 toneladas.
México, junto con Ecuador, compiten con los envíos de langostinos procesados al vapor, pelados, sin cabeza a Estados Unidos, principal mercado de destino de valor añadido.