Microbiomas artificiales, qué son y cómo nos ayudan a mejorar la salud

Los microbiomas sintéticos son grupos de microbios diseñados y ensamblados artificialmente con un propósito específico. En el mundo de la medicina son conocidos y están siendo utilizados para abordar problemas relacionados con la salud intestinal, entre otras en enfermedades gastrointestinales.

En un ámbito más específico de la acuicultura se ha desarrollado poca investigación. Estos microbiomas artificiales son vistos como una oportunidad de desarrollar herramientas que permitan, entre otras, entender cómo funcionan ciertos equilibrios bacterianos saludables, reduciendo la necesidad de antibióticos y promoviendo el crecimiento y bienestar de los peces y los crustáceos.

Algunos microorganismos pueden ser diseñados para mejorar la digestibilidad de determinados alimentos o para producir nutrientes esenciales para los animales acuáticos.

Algunos de los estudios más interesantes en este aspecto se han venido haciendo desde la década pasada en salmónidos para la promoción y la salud de los peces y promover el crecimiento. Otros han sido utilizados para prevención de enfermedades e, incluso, para mejorar el agua de cultivo gracias a la capacidad de algunas bacterias de degradar desechos o contaminantes en el agua de acuicultura.

Es importante señalar que no todas las cepas dentro de un género o especie son adecuadas como probióticos. Por eso, los científicos recomiendan realizar estudios específicos que demuestren la eficacia o seguridad de una cepa determinada. Además, se debe controlar bien la dosis, el modo de administración y el tiempo de aplicación, que van a depender tanto del organismo acuático como de las condiciones de cultivo.

Las bacterias lácticas son las mas comúnmente utilizadas como probióticos en acuicultura. Algunos ejemplos de estas son Lactobacillus, Lactococcus, Enterococcus y Pediococcus.

También destacan dentro de la categoría de microbios beneficiosos las especies de Bacillus y algunas cepas no patógenas de Vibrio. Pesudomonas y Rhodobacter, por ejemplo, se utilizan para mejorar la calidad del agua. Y, levaduras como Saccharomyces cervisiae han demostrado una buena capacidad para mejorar el sistema inmunológico y la digestión en peces y langostinos.

Las cianobacterias, a medio camino entre bacteria y microalga, también han mostrado potencial como probiótico y se están probando para su uso en acuicultura.

Una investigación aplicada al campo de la producción de langostinos

Granja de langostinos de Nueva Pescanova en Sudamérica

Un equipo de investigadores la Universidad de Florida Central y el Centro Nacional de Acuicultura e Investigación Marina de Ecuador, en colaboración con granjas de langostinos en este país sudamericano están trabajando en la construcción de microbiomas artificiales que mejoren la salud para combatir la amenaza de las enfermedades que afectan a este tipo de producción y que genera graves pérdidas económicas todos los años.

Para avanzar en sus estudios están utilizando la Artemia salina como animal modelo de investigación. Este diminuto crustáceo crece rápido, lo que permite a los investigadores realizar varias pruebas de resistencias a enfermedades en cortos periodos de tiempo.

Los resultados de este estudio, no solo beneficiarán la salud de las granjas de langostinos en Ecuador, también servirán como aprendizaje para comprender cómo evolucionan y se adaptan las bacterias de inofensivas a infecciosas para el ser humano.