Cada nueva evidencia científica refuerza la idea de importancia de una microbiota intestinal equilibrada en los peces como clave para el éxito productivo en acuicultura. A través de un innovador estudio, investigadores de la Universidad de Murcia, en España, y de la Universidad Mohammed V de Rabat, en Marruecos, han explorado el potencial de tres ácidos grasos de cadena corta como el ácido acético, propiónico y butírico, producidos por los microorganismos del intestino de la dorada (Sparus aurata), que han resultado esenciales como moduladores de los procesos inflamatorios en la piel de esta especie.
El estudio se realizó en las instalaciones experimentales de la Universidad de Murcia, donde se llevaron a cabo tanto la inducción de inflamación como el análisis genético y fisiológico de las muestras. Además, el equipo colaborador de la Universidad Mohammed V de Rabat proporcionó apoyo en el diseño del modelo experimental y la interpretación de datos.
En el experimento se utilizaron 50 ejemplares de doradas juveniles, con un tamaño promedio de 20 cm de longitud y un peso promedio de 150 gramos. Los peces fueron divididos en grupos experimentales para recibir los tratamientos con los diferentes ácidos grasos de cadena corta (ácido acético, propiónico y butírico) y un grupo control sin tratamiento.
El estudio utilizó un modelo experimental en el que se indujo inflamación aguda en la piel de dorada mediante carragenina, un compuesto conocido por desencadenar respuestas inflamatorias. Esta carragenina se obtuvo de algas rojas. Este tipo de lesiones son habituales en peces criados en sistemas intensivos de acuicultura y dan lugar a infecciones secundarias, pérdida de la integridad de la piel y disminución del rendimiento productivo.
Posteriormente, se administraron los ácidos grasos de cadena corta de forma individual para evaluar su impacto.
Entre los resultados, destaca el ácido acético por su capacidad para reducir significativamente la expresión de genes proinflamatorios como el il-1β e il-6. Este compuesto moduló la respuesta inflamatoria, evitando daños adicionales en los tejidos.
Por su parte, el ácido propiónico tuvo como principal contribución la resolución de la inflamación, facilitando la reparación de los tejidos dañados al reclutar granulocitos acidófilos, un tipo de célula inmunitaria clave. Además, este ácido mostró capacidad para regular positivamente genes involucrados en la reparación de tejidos, como tgf-β1.
Finalmente, el ácido butírico actuó como modulador del equilibrio inmunológico, contribuyendo a mantener la homeostasis en los procesos inflamatorios. También se observó que este compuesto favorece una mayor proliferación celular en las áreas afectadas, apoyando la regeneración tisular.
Producción de ácidos grasos y su vínculo con la dieta
La producción de estos ácidos grasos en el intestino de la dorada depende de la actividad de la microbiota intestinal, la cual requiere de una dieta rica en fibra y compuestos prebióticos para actuar como sustrato favorecedor de la fermentación microbiana, que será la que produzca los ácidos grasos como subproductos. En el estudio, se sugiere que dietas con ingredientes como celulosa o polisacáridos específicos podrían optimizar esta producción.
Los hallazgos de este estudio pueden ser aplicados en el campo de la acuicultura a través del diseño de dietas funcionales que no solo incluyan ingredientes ricos en fibra, sino que también incorporen compuestos bioactivos para potenciar la acción de los SCFA. Además, se abre la posibilidad de utilizar suplementos dietéticos específicos para favorecer la estabilidad y diversidad de la microbiota intestinal, mejorando tanto la salud como la productividad de los peces.