El aumento de los costes de los piensos y la amenaza de la resistencia a los antibióticos son desafíos significativos a los que se enfrenta la acuicultura mundial. Pero la solución podría encontrarse en una planta antigua y discreta: Moringa oleifera, a menudo llamada el “árbol milagro”. Nuevas investigaciones están arrojando luz sobre cómo esta planta, con sus propiedades excepcionales, podría revolucionar la cría de peces al mejorar su salud y estimular su crecimiento de manera sostenible.
Las hojas de moringa son una auténtica mina de oro nutricional. La planta presume de un perfil notable, con un alto contenido en proteínas y un conjunto completo de aminoácidos esenciales. Pero sus beneficios van mucho más allá. Las hojas están repletas de vitaminas y minerales: contienen mucho más vitamina C que las naranjas, más vitamina A que las zanahorias y una abundancia impresionante de calcio, potasio e hierro.
Cuando se incluyen en el pienso de los peces, según la evidencia científica, esta densidad nutricional se traduce directamente en un mejor rendimiento. Estudios realizados en especies como la tilapia del Nilo (Oreochromis niloticus), la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), el pez gato africano (Clarias gariepinus), la carpa común (Cyprinus carpio), entre otras, han demostrado que la adición de moringa puede aumentar las tasas de crecimiento específicas hasta un 35% y mejorar el índice de conversión del pienso en hasta un 25%. Esto significa que los peces crecen más grandes, más rápido y de manera más eficiente, abordando directamente el problema central de los costes de alimentación.
Quizá el hallazgo más interesante sea el profundo impacto de la moringa en la salud de los peces. Sus compuestos bioactivos actúan como potentes inmunoestimulantes, reforzando tanto el sistema inmunitario innato como el adaptativo de los peces. Se trata de un avance fundamental en un sector que lucha contra la creciente amenaza de los patógenos y la necesidad de reducir el uso de antibióticos.
Las investigaciones indican que la suplementación con moringa puede aumentar de forma significativa los principales marcadores inmunitarios y mejorar la resistencia de los peces frente a infecciones bacterianas comunes. En estudios de desafío, los peces alimentados con moringa mostraron un aumento impresionante de entre el 48% y el 73% en las tasas de supervivencia cuando se expusieron a patógenos virulentos. Esto sugiere que la moringa podría servir como una alternativa natural a los antibióticos preventivos, favoreciendo una población de peces más sana y robusta.
Más allá de sus efectos directos en los peces, la moringa también ofrece una solución sencilla para mejorar la calidad del agua. Las proteínas presentes en sus semillas actúan como un coagulante natural, clarificando eficazmente el agua turbia y demostrando una aplicación más dentro de los sistemas acuícolas.
Si bien la evidencia a favor de la moringa es sólida, las investigaciones también subrayan la necesidad de una aplicación cuidadosa. La planta contiene ciertos compuestos antinutricionales que pueden ser perjudiciales en grandes cantidades, por lo que una dosificación precisa resulta crucial para el éxito.
A medida que la industria acuícola busca prácticas más sostenibles y resilientes, la moringa destaca como una solución prometedora y completamente natural. Su capacidad para mejorar el crecimiento, reforzar el sistema inmunitario y optimizar la calidad del agua la posiciona no solo como un suplemento, sino como un componente clave de un futuro más saludable y sostenible para la acuicultura.
