El desarrollo de la acuicultura por su naturaleza como sector emergente en la producción de pescado y marisco está íntimamente ligado a la mejora del conocimiento científico y la innovación. Gracias a muchos avances alcanzados en las últimas dos décadas en España se han conseguido importantes volúmenes de producción de dorada, lubina, corvina, lenguado y rodaballo, entre otras. A las que pronto se incorporará la seriola.
En este ecosistema de innovación es importante contar con instrumentos financieros adaptados a las necesidades de las empresas, como por ejemplo el Fondo Europeo Marítimo, de la Pesca y la Acuicultura (FEMPA 2021 – 2027), y con organismos públicos y privados de investigación, conocidos como OPIs. Estos, como señaló al respecto Myriam Retamero, jefa del departamento de Innovación Empresarial y Desarrollo de Negocio del Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía (CTAQUA), son “clave” en la correcta ejecución de los proyectos de I+D+i.
En CTAQUA, como OPI, señaló al respecto Retamero, es primordial que sepamos reconocer la capacidad intrínseca de la empresa para realizar acciones innovadoras, “de este modo será más sencillo identificar el alcance de la ayuda necesaria”.
Partiendo de esta premisa, en CTAQUA apoyamos a las empresas en la definición técnica del proyecto, la ejecución técnica de los experimentos a nivel científico, así como en la emisión de informes sobre la innovación o relevancia científica. También damos soporte en las auditorias de hitos programadas, y acompañamos en el cierre proyecto, entre otras acciones.
CDTI como organismo intermedio de gestión del FEMPA promueve proyectos de inversión e innovación para el sector de la acuicultura. Entre los proyectos CDTI en los que ha participado CTAQUA se encuentran CREA&MAR para desarrollar productos rompedores destinados al sector agroalimentario; SMARTFEED centrado en sistemas automatizados inteligentes para alimentación en acuicultura; o AQUAHEALTH dedicado a nuevos aditivos funcionales para alimentación de especies de cultivo mediterráneas.
Myriam Retamero explicó con más detalle los puntos clave de cada fase en la que una OPI puede ayudar a una empresa:
A continuación, con más detalle, los puntos clave de cada fase en la que una OPI puede ayudar a una empresa, y que son:
La solicitud. En esta primera fase, señaló, es muy importante transmitir a la empresa los conceptos básicos de la gestión de proyectos, de modo que comience a familiarizarse, en caso de que no lo esté ya, con las dinámicas de trabajo y los conceptos propios de esta herramienta.
Entre las tareas que se pueden ofrecer en esta fase se encuentra el apoyo en la definición técnica del proyecto, asegurando que el mismo cuente con estructura mínima para la consecución de resultados con relevancia científica. También se incluye el apoyo con la plataforma de tramitación del proyecto y acompañamiento en fases de evaluación previas.
La ejecución técnica. Entre las tareas más importantes a desarrollar se encuentra el apoyo al director del proyecto de la empresa para controlar la gestión del mismo (control de objetivos, actividades, tareas, timing).
Ejecutar técnicamente los experimentos a nivel científico: planificar la experimentación, ejecutar, evaluar resultados y sacar conclusiones con relevancia científica.
Por último, emitir informes sobre la innovación o relevancia científica del proyecto.
Cierre del proyecto. Para asegurar un cierre exitoso del proyecto y la continuidad de los resultados del mismo, desde los organismos científicos podemos prestar apoyo en las diferentes auditorias de hitos programadas, redactar los informes técnicos para la correcta justificación, resolver dudas y apoyar en el uso de la plataforma. Y, por último, acompañar en el cierre proyecto y planificación futura.