El camino hacia una acuicultura sostenible va más allá de encontrar ingredientes alternativos a la harina y el aceite de pescado. Como muchos expertos señalan, es importante también contar con tecnologías de procesado que mejoran la digestibilidad y el valor nutricional de las materias primas. Además, estas materias primas deben garantizar la seguridad alimentaria y cumplir con las regulaciones, así como los impactos positivos en la salud y el bienestar de los peces.
Los nuevos ingredientes deben estar alineados con los nuevos enfoques de la producción acuícola como los Sistemas Multitróficos Integrados (IMTA, por sus siglas en inglés), y los sistemas de producción circular, que están demostrando una alta capacidad para reducir la huella de carbono de la actividad.
Todo esto requiere una evaluación rigurosa de ingredientes con un enfoque holístico.
Las microalgas, los insectos y las proteínas unicelulares, entre otros nuevos ingredientes, de forma individual forman parte de la solución, pero no son la solución, ya que cada una enfrenta limitaciones específicas, como altos costes de producción o carencias en ciertos ingredientes esenciales. El éxito radicará en la combinación estratégica de ingredientes que aprovechen las fortalezas de cada uno para formular alimentos balanceados y sostenibles.
En definitiva, el camino hacia un futuro más sostenible de la acuicultura pasa por desarrollar un enfoque multifacético de los ingredientes, que combine innovaciones tecnológicas, y modelos de producción integrados para abordar los complejos desafíos que enfrenta el sector.