MEDIO AMBIENTE

Portugal camino de convertirse en el primer país en poner en valor las marismas y salinas como sumideros de carbono azul

Aunque todavía se tienen que dar muchos pasos adelante, ya se está estudiando el flujo de carbono en estos ecosistemas

Ria Formosa, atardecer

Lisboa 3/03/2021 - La Agencia Portuguesa del Medio Ambiente está dando pasos adelante para que el país vecino sea el primero en cuantificar los flujos de carbono almacenados en los sistemas marinos de su costa, y de esta manera, poder dar valor a este servicio ecosistémico y de mitigación de los efectos de gases invernadero.

Mientras que la futura ley española de Cambio Climático y Transición Energética se habla de la participación del sector agrario y forestal en el aumento de la capacidad de captación de CO2 de los sumideros de carbono, sin tener en cuenta los sumidereos de carbono azul, en el país vecino, con una visión más vanguardista, quieren ir más allá y considerar también las praderas marinas y los ecosistemas costeros dentro de este tipo de estrategias de carbono azul.

Los estudios realizados por sus investigadores del Centro de Ciencias del Mar de la Universidad del Algarve sobre los flujos de carbono en estos ecosistemas dan un balance positivo, siendo más el carbono que entra que el que sale. Así, por ejemplo, la ria Formosa, al sur del país, una zona equivalente a nuestra Bahía de Cádiz, puede llegar a absorber 2.600 toneladas de carbono azul por año y podría almacenar unas 200.000 toneladas de carbono capturado.

En España, a pesar de que se está tramitando la Ley de Cambio Climático se sigue obviado la posibilidad de tener en cuenta estos sistemas de captura de CO2.

Como complemento a esta postura, una evaluación científica mundial de los ecosistemas de carbono azul, y que ha sido recogido en un informe de la UNESCO, calcula que las praderas marinas, las marismas y los manglares, que apenas ocupan el 1 por ciento de la superficie de los océanos, son responsables de capturar y secuestrar en torno al 10 por ciento de las emisiones mundiales de CO2 al año.

Y eso que no se contempla la contribución que pueden hacer a este respecto los cultivos de algas y microalgas, o la fijación que hacen los moluscos bivalvos al consumir los organismos filtradores a través del carbonato cálcico de su concha.

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