
Las principales organizaciones nacionales del sector pesquero han manifestado su inquietud ante la reciente aprobación del Real Decreto sobre comedores escolares, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En un comunicado conjunto, las entidades advierten sobre las posibles consecuencias que esta normativa podría tener a largo plazo en los hábitos alimentarios de la población infantil y, por extensión, en los patrones de consumo del conjunto de la sociedad.
Entre los firmantes del documento se encuentran organizaciones de referencia como Conxemar, ARVI, Apromar, Cepesca, Fedepesca, la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, Interfish-España, AECOC, Opescantábrico y Fenamar.
El Real Decreto menciona el pescado de forma específica y favorable en varios apartados relacionados con la alimentación en centros educativos y fomenta el consumo moderado de fuentes de proteína de origen animal como el pescado estableciendo una frecuencia semanal mínima recomendada de entre una y tres veces por semana.
En uno de los artículos, el real decreto recomienda alternar pescado azul y blanco, y permite incluir crustáceos y moluscos. En el caso de los productos del mar, se citan expresamente los estándares MSC (de pesca sostenible) y ASC (de acuicultura sostenible).
No obstante, también contempla una mayor flexibilidad en la programación de menús vegetarianos, lo que ha generado preocupación en el sector pesquero por la posible sustitución de las proteínas marinas por opciones vegetales sin regulaciones claras.
Según exponen desde las patronales pesqueras y acuícolas, el Real Decreto se ha aprobado "sin un análisis profundo de las repercusiones que puede acarrear a largo plazo", y lamentan que no haya contado con el consenso del sector pesquero y acuícola. Aunque reconocen que puede parecer que la normativa fomenta el consumo de pescado a corto plazo, advierten que "a largo plazo no lo refuerza, sino que lo debilita ante la inminente irrupción de sustitutos a base de proteína vegetal".
Uno de los aspectos que más preocupación genera en el sector es la inclusión en el texto legal de los términos “análogos vegetales” y “proteína vegetal” en los menús escolares, sin una definición clara ni una normativa específica de etiquetado. A juicio de las entidades, esta indefinición abre la puerta a "menús exclusivamente vegetarianos" y genera una competencia desigual entre sectores, en materia de seguridad alimentaria.
“Consideramos que este Real Decreto permite una flexibilidad excesiva donde debería ser más riguroso”, sostienen. En esta línea, las organizaciones critican que la normativa facilite la entrada de productos plant-based en el ámbito escolar "aún en contra de cualquier recomendación pediátrica", mientras que no garantiza el refuerzo del consumo regular de pescado como hábito alimentario sostenible.
El comunicado concluye con una petición clara a las administraciones: una política alimentaria escolar "más ambiciosa, clara y coherente con nuestras tradiciones culinarias", que esté basada en dietas de "probada eficiencia" y no utilice a la población infantil como "foco experimental para otros formatos alimentarios sin un rigor científico probado".