El eDNA, o ADN ambiental, es un método revolucionario que permite detectar la presencia de especies en el entorno sin necesidad de observar signos visibles de organismos biológicos.
El eDNA se libera en el medio ambiente a través de células, heces, orina y otros desechos biológicos de los organismos presentes. Este material genético puede ser recolectado y analizado para identificar las especies que habitan en una determinada área.
Este enfoque no invasivo y altamente sensible ha encontrado aplicaciones en estudios de biodiversidad, monitoreo de especies invasoras, evaluación de la salud del ecosistema y rastreo de cambios en las poblaciones acuáticas.
Entre las aplicaciones más destacables se pueden mencionar la monitorización de la biodiversidad y los patrones de distribución de los diferentes organismos en los océanos; la presencia de especies invasoras, lo que beneficia a su detección temprana para tomar medidas de control; estudios poblacionales que ayudan a comprender la dinámica y salud general de las comunidades marinas; o estudio de la dieta de los organismos marinos.
En el contexto de la acuicultura y la ecología acuática, el eDNA se ha vuelto una herramienta valiosa para monitorear la presencia y distribución de especies acuáticas, incluso aquellas que son difíciles de observar directamente.
En acuicultura se utiliza para monitorizar la salud de los peces y mariscos al detectar la presencia de patógenos o enfermedades, lo que ayuda a dar una respuesta temprana a posibles brotes y ayuda en la implementación de medidas preventivas.
También, el análisis de las heces y restos biológicos de los peces, proporciona información sobre los hábitos alimenticios y ayuda a optimizar las prácticas de alimentación.
En los programas de cría selectiva, el eDNA puede utilizarse para monitorizar cambios genéticos en las especies cultivadas, lo que asegura la diversidad genética y ayuda a mejorar la resistencia de los peces y mariscos a enfermedades y condiciones ambientales cambiantes.
En el ámbito del cultivo de moluscos bivalvos ayuda en la monitorización de algas nocivas en entornos acuáticos de acuicultura. La detección temprana de algas nocivas permite tomar medidas para prevenir daños.
En el caso de las algas y su capacidad de actuar como sumidero de carbono, el estudio del eDNA permite obtener una comprensión más completa de la dinámica de estos ecosistemas. Cuantificando la cantidad de carbono derivado de los bosques de algas de kelp que se deposita en los sedimentos, por ejemplo, se puede obtener información el almacenamiento en los océanos.
Entre las ventajas de este método está la posibilidad de obtener datos más rápidos y detallados sobre la contribución de estos bosques de algas al ciclo de carbono en comparación con los métodos tradicionales. Además, al no ser invasivo, el eDNA permite estudiar de manera efectiva áreas extensas y minimizar el impacto en los ecosistemas marinos.
Como se ve, el eDNA puede ser una herramienta versátil en el manejo de la acuicultura, proporcionando información rápida y precisa para optimizar el rendimiento productivo y garantizar la salud y la sostenibilidad de los entornos acuáticos.