OPINIÓN

¿Qué podemos aprender de la industria avícola para mejorar la acuícola?

Por Alejandro Guelfo editor de misPeces

Granja de gallinas marrones

La producción de alimentos es esencial para garantizar la disponibilidad y la seguridad alimentaria de la población. En la Unión Europea, la industria avícola es una de las más competitivas del mundo, produciendo 14,4 millones de toneladas de carne de pollo para consumo interno y exportación.

En cambio, la industria acuícola, aunque importante en términos de nutrición y seguridad alimentaria, es más modesta, garantizando solo el suministro de 1,4 millones de toneladas de pescado y mariscos, lo que deja una brecha de más del 70% de la proteína acuática necesaria para satisfacer la demanda. A diferencia de la industria avícola, debido a esta baja producción la demanda de pescados y mariscos es altamente dependiente de las importaciones de terceros países.

Más específicamente, en Europa tenemos un déficit de 60 000 toneladas de dorada y lubina, que se importan principalmente de Turquía; y de un 80% del salmón consumido que procede de Noruega.

La avícola y la piscícola son dos fuentes de proteínas consideradas importantes por su alta calidad nutricional y por proporcionar una amplia variedad de aminoácidos esenciales necesarios para el crecimiento y el mantenimiento del organismo. Aunque, si en algo es imbatible el pescado es en el aporte de ácidos grasos omega-3, que son necesarios para una correcta salud humana.

Ambas proteínas gozan de buena imagen y se consideran opciones saludables. Aunque no es fácil determinar qué proteína tiene mejor aceptación en términos de imagen, ya que depende de factores muy diversos. Lo cierto es que, generalizando, se puede decir que el pollo al tener un menor coste y versatilidad en la cocina está mejor aceptado. Por su parte, el pescado es mas valorado por sabor, textura y por sus valores nutricionales omega-3.

A la vista de todo lo anterior cabe preguntarse ¿Por qué la piscicultura no ocupa el mismo lugar que la industria del pollo? A pesar de las estrictas regulaciones en materia de seguridad alimentaria, salud animal y bienestar animal en la UE, la falta de fomento de la producción acuícola interna es insólita en comparación al pollo, que se produce integramente en la propia UE.

Analizando ambas regulaciones descubrimos que la que se aplica a la acuicultura es más compleja y menos efectiva que la avícola debido a un menor conocimiento de las necesidades del sector, la variedad de especies y las diferentes condiciones ambientales necesarias para la producción.

Aunque no está libre de polémica, la industria del pollo ha sabido enfrentar los desafíos en cuanto a aceptación social, especialmente en términos de bienestar animal y sostenibilidad ambiental mejor que la acuicultura. Esto se debe en parte a que la cría de aves ha estado presente en las comunidades rurales durante mucho tiempo y se ha desarrollado como actividad económica importante, mientras que la acuicultura es relativamente nueva y menos conocida.

¿Qué lecciones se pueden aprender? Uno de los factores que han ayudado a la aceptación social de la industria avícola y ha demostrado ser más efectiva es en el manejo de estos problemas y en la comunicación de sus prácticas al público.

Por eso, una de las respuestas posibles es la mejora de la transparencia y la comunicación de sus prácticas de producción. Esto incluye la adopción de certificaciones y etiquetas de bienestar animal, la implementación de tecnologías más sostenibles y la comunicación abierta con el público sobre los métodos de producción y de mejora de la sostenibilidad y el bienestar animal.

Tareas que ya se están abordando a diversos niveles por la industria y por las autoridades competentes en el desarrollo de la industria acuícola, principalmente en la escala europea y nacional, y que se echa en falta a una escala más regional y local.

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