El cambio climático y su efecto en la temperatura y la salinidad de los océanos es cada vez más patente, en formas de olas de calor y frío, y las consecuencias se harán sentir en los peces de acuicultura en forma de un aumento del estrés, la peor conversión alimenticia, el rendimiento del crecimiento, la salud o la reproducción.
Todo esto es predecible, no obstante, se necesita evidencia científica que avale el grado de impacto para que los piscicultores puedan adoptar medidas de corrección de forma informada.
Con este objetivo, investigadores del Experimental Aquaculture WG del Leibniz Centre for Tropical Marine Research han llevado a cabo un estudio en lubina europea (Dicentrarchus labrax) expuesta a condiciones extremas de temperatura y las diversas respuestas fisiológicas experimentadas. Esto les ha permitido analizar las consecuencias para el crecimiento y la reproducción de los peces.
Si bien la lubina europea tiene cierto grado de adaptabilidad a los cambios de temperatura, en el estudio se observaron rangos de temperatura en el que hubo un mayor consumo de energía, hasta los límites de tolerancia al estrés.
La temperatura es de los factores abióticos que más afectan al desempeño de los peces de acuicultura. Por eso, cuando se alcanzan los límites de tolerancia a la temperatura se alteran la respuesta endocrina, oxidativa, metabólica, osmótica, molecular, hemato-bioquímica e inmune.
Para prevenir consecuencias no deseadas, las opciones que le quedan a los piscicultores para mantener la robustez de los peces son varias. Por una parte, y la más básica es hacer una selección adecuada e inteligente de los sitios. Otra opción pasa por incluir probióticos en el alimento que permita reducir el estrés térmico a corto plazo; y también, desarrollando líneas genéticas tolerantes a estos cambios que están por llegar.
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