
La acuicultura es la producción de alimentos de más rápido crecimiento en el mundo y la clave de su éxito radica en el gran trabajo que se ha realizado en los últimos años para proporcionar los nutrientes y aditivos adecuados que mantienen saludables a las especies cultivadas.
Un papel importante en el futuro desarrollo de la nutrición acuícola lo tendrán microorganismos como las levaduras por sus compuestos bioactivos con un papel importante como probióticos, prebióticos, simbióticos y parabióticos.
Una de las levaduras más conocidas es Saccharomyces cerevisiae comúnmente utilizada en la elaboración de alimentos como el pan, o bebidas como la cerveza o el vino. Su uso no queda ahí, también se utiliza en biotecnología para estudiar procesos celulares y moleculares; para la producción de biocombustibles y en la industria farmacéutica para la producción de proteínas recombinantes y vacunas.
En el caso de la acuicultura se ha visto que pequeñas inclusiones en el pienso es altamente eficaz para mejorar el crecimiento, la inmunidad y la salud intestinal de peces y mariscos, mientras los protegen de patologías infecciosas y reducen la inflamación.
Está demostrado que esta levadura es un poderoso nutriente por sus beta-glucanos, mananoligosacáridos y glucooligosacáridos, compuestos bioactivos que pueden transformar la salud de las especies cultivadas.
Varios son los estudios y revisiones realizadas hasta la fecha que demuestran este potencial. Con objeto de unificar toda la evidencia científica realizada hasta la fecha sobre el potencial uso de esta levadura en acuicultura, investigadores de la Universidad Nacional Mar del Plata, en Argentina, han publicado en la revista científica Aquaculture una nueva revisión que integra todos los efectos conocidos de este microorganismo en peces y mariscos.
Como señalan en su revisión, uno de los mayores beneficios de usar esta levadura en los piensos viene de la parte profiláctica. Al usarlas y mejorar el sistema inmunitario de los peces se reduce la necesidad otras terapias químicas. Ya que, como señalan, al reemplazarlos con metodologías ecológicas basadas en levaduras, podemos controlar eficazmente los patógenos y proteger el medio ambiente.
Aunque los beneficios de Saccharomyces cerevisiae son claros, se necesita más investigación para determinar la mejor dosis, el momento y el método de aplicación para diferentes especies, condiciones ambientales y hábitos alimentarios.
Como señalan los autores de esta revisión, agregar S. cerevisiae a los piensos también puede afectar el equilibrio de la microbiota intestinal, por lo que es importante estudiar las interacciones entre esta levadura y otros probióticos.
Otra cosa a tener en cuenta son los posibles efectos secundarios de usar demasiada levadura por su aporte en beta-glucanos, oligosacáridos. Si bien son generalmente buenos para los organismos, un exceso puede provocar una reducción en la absorción de nutrientes y la formación de gases dañinos.
Con más investigación, la industria acuícola podría avanzar de manera importante en ser más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Referencia:
Juana Cristina del Valle, María Cecilia Bonadero, Analia Verónica Fernández Gimenez. Saccharomyces cerevisiae as probiotic, prebiotic, synbiotic, postbiotics and parabiotics in aquaculture: An overview. Aquaculture.