
La acuicultura española entra en 2025 con expectativas moderadas, pero dos especies captan especialmente la atención del sector por razones bien distintas: la Seriola dumerili, una apuesta emergente que busca consolidarse en el mercado, y el lenguado, un valor seguro que empieza a recuperar ritmo tras un año 2023 a la baja.
Esta es la confirmación del gran potencial del sector acuícola en España que por una parte muestra el deseo de reinventarse en una versión mejor y fortalecerse, aunque se tenga que desenvolver en un contexto de incertidumbre global y restricciones administrativas.
Con apenas 44 toneladas producidas en 2023, la Seriola dumerili parecía destinada a seguir siendo una especie marginal en los registros. Sin embargo, el informe anual del sector revela que la producción ha podido duplicarse en 2024, alcanzando las 100 toneladas, una cifra simbólica que apunta a un nuevo ciclo.
Además, gracias a las inversiones realizadas en el único criadero del mundo activo para la especie, las previsiones son que en 2025 se producirá una expansión sostenida. Este impulso está respaldado por proyectos ambiciosos de engorde en sistemas intensivos en tierra y una demanda exterior de juveniles no satisfecha.
Por su parte, el lenguado, se ha convertido en una especie “marca España” con dos grandes centros de producción en Galicia y Andalucía. Aunque la producción cayó 11,9% en 2023 hasta las 1.077 toneladas, en 2024 la producción estuvo cercana a las 1.500 toneladas.
En paralelo se estima una mayor producción de juveniles hasta alcanzar los 16,5 millones de unidades.
En los próximos años también se verá un crecimiento sostenido de esta especie gracias a grandes inversiones que están realizando los tres grandes operadores: Stolt Sea Farm, CUPIMAR y Sea Eight.