En el contexto de la ganadería sostenible, reducir las emisiones de metano de los rumiantes se ha convertido en uno de sus principales objetivos de los ganaderos y los investigadores. Esto, además de las consecuencias positivas para el ambiente ayudará a mejorar la imagen sobre este sector ganadero tradicional.
Un área prometedora de investigación es el uso de algas marinas como suplementos dietéticos en la alimentación de rumiantes. Las algas, como se ha demostrado en numerosas investigaciones, además de ser reconocidas por su alto valor nutricional, ha demostrado tener capacidad para reducir las emisiones de metano producido en el proceso de fermentación.
Según se ha comprobado, compuestos secundarios como los compuestos halogenados y las florotaninas presentes en ciertas especies de algas rojas, pueden reducir hasta un 99% de las emisiones de metano entérico cuando se incorporen a la dieta de los rumiantes.
Además, las algas marinas pueden mejorar la eficiencia de la fermentación de los rumiantes, lo que no solo reduce las emisiones de metano, sino que mejora la conversión alimenticia y potencialmente aumenta la producción animal. Este efecto beneficioso se manifiesta en una mejor salud general del animal y un aumento en la producción de carne y leche, lo que es una buena noticia desde una perspectiva económica como ambiental.
Varias son las algas que se han estudiado específicamente por su potencial para reducir las emisiones de metano en rumiantes, Aspagaropsis taxiformis y Asparagopsis armata. Estas algas del género Asparagopsis, suelen crecer en zonas intermareales y submareales, tienen una amplia distribución mundial incluyendo las costas del Mediterráneo, Australia, Nueva Zelanda y Hawái.
Estas algas, debido a su potencial para reducir las emisiones de metano en rumiantes, se han comenzado a cultivar para asegurar un suministro estable y sostenible, lo que permitirá evitar la sobreexplotación de las poblaciones silvestres y el impacto ambiental asociado a su recolección.
Además, la acuicultura de la especie con condiciones controladas de luz, nutrientes y temperatura, permite un cultivo más eficiente maximizando la producción de los compuestos halogenados que son efectivos en la reducción de metano.
Esta aproximación no solo favorece la producción sostenible de las algas, sino que también contribuye a la investigación y el desarrollo de nuevas aplicaciones para estos organismos en la industria de la alimentación animal y otros sectores.
Específicamente, Asparagopsis armata, aunque originaria de Australia y Nueva Zelanda, también se ha introducido en Europa, donde se han encontrado en las costas del Atlántico, incluyendo España, Portugal y Francia, así como en el Mediterráneo.
Por todo lo anterior, el uso de algas marinas como suplemento en la dieta de los rumiantes se presenta como una estrategia innovadora para un futuro en el que la ganadería puede ser más sostenibles, ayudando a mitigar el impacto del sector en el cambio climático.
Uno de los centros más activos en la investigación de Asparagopsis en la reducción de metano en rumiantes, se está llevando a cabo en el Instituto de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad James Cook de Australia. En Estados Unidos de América se ha estudiado el cultivo de Asparagopsis con el fin de explorar su potencial en la industria láctea y cárnica.
En Irlanda y otros países europeos los estudios están enfocados en la viabilidad y los efectos ambientales del uso de esta alga en la alimentación del ganado, así como métodos avanzados para el cultivo.