
El cierre del canal HORECA (Hostelería, Restauración y Catering) ha dejado muy tocado a los productores de ostras en todo el mundo, y especialmente en Estados Unidos y la Unión Europea. Muchos de estos pequeños productores han perdido hasta el 90% de su negocio durante la pandemia.
A pesar del papel ecosistémico de la producción de ostra, no existe un reconocimiento económico al mismo. Aunque esto podría cambiar con el tiemo si otros gobiernos siguen el ejemplo de Nueva Inglaterra en Estados Unidos de América. The Nature Conservancy ha convencido al gobierno federal para que compre las ostras que los productores no pueden vender en los restaurantes y sean usadas para “limpiar el agua y construir arrecifes en zonas donde han desaparecido por motivos de contaminación o sobrepesca.
La idea está financiada con dos millones de dólares a través del programa Apoyo a la Acuicultura y la Restauración de Ostras (SOAR, por sus siglas en inglés). Con este dinero han podido adquirir 5 millones de unidades de ostra con las que se han restaurado 20 ubicaciones.
The Natural Conservancy es una ONG apoyada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y el Departamento de Agricultura de EUA, que está llevando a cabo programas más pequeños pero similares en otros estados.