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UPV/EH abre su banco de 600 cepas de microalgas a empresas y científicos del mundo

Se trata de la única colección de microalgas de España registrada en la Federación Mundial de Colecciones de Cultivo

Sergio Seoane Parra y Esther Blanco Rayón. Grupo consolidado de plancton marino y estuarino. Foto: Laura López. UPV/EHU

Bilbao 12/02/2021 - La Universidad del País Vasco ha puesto a disposición de empresas y comunidad científica su banco de más de 600 cepas de microalgas aisladas de diferentes partes del mundo, aunque principalmente estas proceden de aguas de la comunidad autónoma.

La colección de cultivos de microalgas de la UPV/EHU es, junto con el Banco Español de Algas, la única colección de microalgas de España registrada en la Federación Mundial de Colecciones de Cultivo (World Federation for Culture Collections - WFCC).

El banco, que se inició de manera informal en el año 2002, se encuentra localizado en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU.

Por grupos taxonómicos, la colección está formada mayoritariamente por diatomeas, algas verdes, dinoflagelados y haptofitas, estando también presentes otros grupos como criptofitas o cianobacterias. 

Entre los ecosistemas de los que provienen las microalgas destacan el estuario de Bilbao, la Reserva de la Biósfera de Urdaibai, el Lago de Sanabria o el ibón Acherito, entre otros.

Sergio Seoane, profesor titular de Ecología de la UPV señala que los beneficios de contar con un banco de microalgas en el País Vasco, y centrada en su biodiversidad, está en que se facilita el acceso, tanto a empresas privadas como públicas, a este recurso con gran potencial biotecnológico, “y aquellas cepas que sean claves en procesos biotecnológicos o formen parte de una patente o artículos científicos pueden ser conservadas con todas las garantías”.

 Por otro lado, añade Seoane, “las colecciones juegan un papel relevante como centros de biodiversidad y conservación de los recursos naturales de los países de origen de sus cepas”, añade. La relevancia de este papel se ha ido incrementando a raíz de la entrada en vigor del Protocolo Nagoya en 2014. Este tratado internacional desarrolla el tercer objetivo del Convenio de Diversidad Biológica, que defiende la distribución justa y equitativa de los beneficios obtenidos del uso de los recursos genéticos.

La biotecnología de microalgas está en claro crecimiento, y son cada vez más comunes los productos en sectores como la alimentación, la agricultura, la cosmética o la medicina. Por ejemplo, el “superalimento” espirulina o las pastillas de astaxantina, productos estrella en suplementación de dietas, y antioxidantes como la fucoxantina ya han sido probados como anticancerígenos. Sin embargo, el porcentaje de especies de microalgas que son utilizadas en todos esos productos es realmente bajo si se tienen en cuenta todas las cepas disponibles en las colecciones y prácticamente residual si se tiene en cuenta la biodiversidad real existente en la naturaleza. “La existencia de las colecciones y su crecimiento son de vital importancia para tener éxito en este sector industrial de la biotecnología y, por lo tanto, reconocer y apoyar estas infraestructuras debe ser una apuesta de la administración y del sector empresarial”, apunta Seoane.

La BMCC-Basque Microalgae Culture Collection ofrece, además del suministro de las cepas ya identificadas, una serie de servicios relacionados con las microalgas como la identificación de especies, el suministro de medios de cultivo, el aislamiento de muestras naturales, la posibilidad de depósito de cepas o la caracterización de algunos compuestos presentes en las microalgas como los pigmentos, utilizados en la industria no solo como pigmentos naturales sino como potentes antioxidantes.

En la actualidad, BMCC cuenta con varias cepas presentes en proyectos biotecnológicos de diferentes empresas del sector farmacéutico como Pharmamar, el sector fitosanitario, la Fundación Medina o instituciones como la Universidad de Almería, referente en cultivo de microalgas. Asimismo, a nivel más local, ha participado recientemente en proyectos con la fundación Azti en el sector alimentario.

En el País Vasco hay empresas productoras de biomasa de microalgas, empresas que investigan los distintos productos que se pueden obtener y sus aplicaciones, y empresas que utilizan estos productos dentro de sectores como el farmacéutico o alimentario. Por ello, entre los objetivos de la BMMC está convertirse en la base de este sector creando alianzas estratégicas con el entorno biotecnológico del País Vasco.

Imagen: Sergio Seoane Parra y Esther Blanco Rayón. Grupo consolidado de plancton marino y estuarino. Foto: Laura López. UPV/EHU

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