La industria europea de piensos para acuicultura podría enfrentarse a un aumento de costes y a interrupciones en el suministro, tras la advertencia lanzada por la Federación Europea de Fabricantes de Piensos Compuestos (FEFAC) sobre el impacto que el Reglamento de la Unión Europea contra la Deforestación (EUDR) podría tener en las importaciones de soja.
La FEFAC advirtió de que los recientes cambios propuestos por la Comisión Europea para “simplificar” el reglamento han creado una incertidumbre jurídica que ya está paralizando parte del mercado de la soja. Según la federación, algunos proveedores han retirado sus ofertas para entregas en 2026 y están aumentando los precios de 2025 para reflejar los nuevos riesgos de cumplimiento normativo.
El presidente de la FEFAC, Pedro Cordero, alertó de que “los fabricantes europeos de piensos compuestos se enfrentan de nuevo a un mercado de la soja ‘congelado’”, y añadió que la situación podría provocar interrupciones en la cadena de suministro y costes adicionales de hasta 1.500 millones de euros para el sector ganadero.
Aunque la advertencia se dirige al conjunto de la industria de piensos ganaderos, las implicaciones para la acuicultura son directas y significativas. Los fabricantes de piensos para peces dependen en gran medida de la harina de soja desenvainada de alto contenido proteico (en torno al 48 % o superior) y del concentrado proteico de soja (SPC) —ingredientes especializados que proceden en su mayoría de Brasil y Argentina, regiones sujetas a los requisitos de “libre de deforestación” del reglamento europeo.
Si los exportadores de estos países dudan en vender por temor a incumplir la normativa, los procesadores europeos podrían enfrentarse a escasez de materias primas y a picos de precios. Analistas del sector estiman posibles aumentos de entre 70 y 100 euros por tonelada en la harina de soja y de entre 150 y 250 euros por tonelada en el SPC. Dado que el pienso representa hasta un 70 % de los costes de producción en la piscicultura en algunos casos, estas subidas podrían reducir rápidamente los márgenes de los productores.
Las especies marinas y salmonídeas, como la lubina, la dorada, la trucha y el salmón, serían las más afectadas, ya que sus dietas dependen del SPC por su digestibilidad y alto valor nutritivo. Las alternativas más baratas, como la harina de colza o de girasol, no pueden sustituir completamente a la soja debido a su menor contenido proteico y a limitaciones en la digestibilidad.
El EUDR también impone nuevas exigencias de trazabilidad y diligencia debida, que obligan a las empresas de piensos para acuicultura a demostrar que toda la soja utilizada en sus productos está libre de deforestación. Esto añade costes administrativos y de gestión de datos, especialmente para los fabricantes de menor tamaño.
A menos que la Unión Europea proporcione una orientación más clara o retrase la aplicación de la norma, los analistas prevén una volatilidad continuada en los precios de la soja hasta comienzos de 2026, lo que podría afectar a la planificación del suministro de piensos y a la rentabilidad en toda la cadena de valor de la acuicultura europea.
